ôExcelentísimo Señor Presidente de la República Federativa del Brasil, y Estimado amigo, D, Fernando Henrique Cardoso;
Señores Vicepresidentes de Bolivia y Brasil,
Señores Presidentes de las Honorables Cámaras de Senadores y Diputados,
Excmo. Decano del Honorable Cuerpo Diplomático y distinguidos Embajadores,
Señores Cancilleres y Ministros de Estado, y miembros de las delegaciones de ambos países,
Señor Prefecto del Departamento y Honorable Alcalde Municipal de la ciudad de La Paz.
Señores Miembros del Alto Mando Militar y de la Policía Nacional,
Apreciados Invitados Especiales,
Distinguidas damas y estimados amigos:
Quiero comenzar estas palabras expresándole que su visita a mi país es un acontecimiento muy grato para todos los bolivianos. Por ello, permítame extenderle la más cordial bienvenida, lo mismo que a las distinguidas personalidades que lo acompañan. Su presencia en Bolivia ratifica la entrañable amistad que existe entre nuestros pueblos y que nosotros, como gobernantes, estamos en el deber de interpretar fielmente.
Nuestras relaciones se han desarrollado hist¢ricamente en un ambiente de franco entendimiento. Las obras que hemos realizado son el fruto de esa voluntad amplia y fraterna que jam s ha estado ausente entre nuestras naciones.
Bolivia y Brasil, est n unidas por la historia, la geograf¡a y la econom¡a. Esta es la realidad concreta que hace posible la creciente integraci¢n de dos pueblos hermanos que comparten un espacio comon en el coraz¢n de Sudam’rica.
La historia de nuestras naciones ha estado signada por el respeto mutuo. Hemos demarcado nuestras fronteras, superando los problemas que son naturales cuando cubren espacios tan grandes. En ese proceso hemos construido la confianza rec¡proca, que es esencial para la buena vecindad.
Lo hemos hecho siempre con un esp¡ritu franco. Por ello, hoy nuestras fronteras son un espacio de integraci¢n. Marcan los l¡mites pol¡ticos, pero, al propio tiempo, se han constituido en reas de convergencia, en puntos de encuentro y de realizaciones conjuntas.
Desde los acuerdos de Robor’ de 1958, y aon antes, hemos venido construyendo un marco de cooperaci¢n binacional, cada vez m s ambicioso. En nuestra agenda se han destacado hist¢ricamente los proyectos de integraci¢n f¡sica y energ’tica. Hemos tendido l¡neas f’rreas, caminos, gasoductos. Establecimos zonas francas, abrimos nuestra producci¢n por las v¡as del libre tr nsito. Alentamos un sistema de cooperaci¢n para la navegabilidad de los r¡os del sistema fluvial amaz¢nico.
Estamos trabajando por mejorar las condiciones en que se desarrolla nuestro intercambio comercial. Necesitamos que sea m s equilibrado.
Continuaremos avanzando y buscando nuevas oportunidades para un desarrollo de esfuerzos comunes y de resultados equitativos. Tenernos el potencial, contamos con los medios, pero, lo m s importante, lo que verdaderamente est a nuestro favor, es que nos motivan los mismos ideales y objetivos, pol¡ticos y econ¢micos.
A trav’s del tiempo hemos mantenido de manera constante, los lazos de confianza que estamos estrechando.
Nuestra pertenencia comon al sistema hidrogr fico del Amazonas ha permitido la proyecci¢n conjunta de nuestros dos pa¡ses en torno al Tratado de Cooperaci¢n Amaz¢nica, donde se asegura a Bolivia el derecho de libre navegaci¢n por esas aguas y donde hemos encontrado un importante espacio de trabajo en el desarrollo sostenible de esta importante regi¢n, reservorio de importantes recursos naturales y pulm¢n ambiental del continente y el mundo.
De igual forma, nuestra participaci¢n en el Tratado de la Cuenca del Plata ha facilitado el avance y desarrollo de la Hidrov¡a Paraguay – Paran , que con las obras de limpieza del canal Tamengo, Bolivia, tiene hoy una v¡a de acceso al Oc’ano Atl ntico.
De otro lado, el Mercosur, m s all de su propuesta econ¢mica y comercial, se ha convertido en un foro de concertaci¢n subregional, de discusi¢n y debate sobre el futuro desarrollo de nuestros pueblos. Hemos coincidido con usted, estimado Presidente y amigo, que la convergencia entre la Comunidad Andina y el Mercosur, es el fundamento para edificar la integraci¢n sudamericana.
Los desaf¡os que empezaron con la vinculaci¢n ferroviaria, hace m s de medio siglo, hoy asumen renovadas perspectivas.
La carretera Corumb , Puerto Su rez y Santa Cruz, junto al tramo Pail¢n – San Jos’ de Chiquitos – San Mat¡as – Cuiab , le dar n vida al principal corredor interoce nico de la regi¢n. Y estos no son sue_os, y si lo fueran, tenemos la obligaci¢n de convertirlos en realidad. La interconexi¢n bi-oce nica, por territorio boliviano, es una necesidad, una condici¢n para el desarrollo regional.
Debemos mirar las cosas con otra ¢ptica, m s grande. Se dice, a veces, que los volomenes a ser transportados no justifican el esfuerzo, que no existe carga de retorno. Con ese criterio jam s se habr¡an construido carreteras. El intercambio es el resultado de los medios que se construyen para promoverlo y no a la inversa.
Cuando, en 1974, firmamos con el Presidente Geisel, el acuerdo de Cooperaci¢n y Complementaci¢n Industrial, surgieron toda clase de dudas y se alzaron algunas voces pesimistas, que negaban viabilidad a ese gran
Proyecto.
Hoy, 27 a_os despu’s hemos retomado el camino. Perdimos casi tres d’cadas, pero, estamos decididos a recuperar ese tiempo inotilmente desperdiciado.
Lo haremos sobre la base del intercambio energ’tico y complementario. Contamos con recursos gas¡feros para alimentar la creciente demanda del Brasil. Deseamos exportar, asimismo, productos con valor agregado: energ¡a el’ctrica y desarrollar la petroqu¡mica.
As¡, nuestras dos naciones, trabajando juntas, interconectadas y entrelazadas estar n en mejores condiciones para la producci¢n y la competitividad frente a la econom¡a global.
Continuando con ese esfuerzo, en febrero de 1998, nuestros cancilleres suscribieron el Memor ndum de Entendimiento para Desarrollo de Intercambios El’ctricos y Futura Integraci¢n El’ctrica entre Bolivia y
Brasil.
En abril de ese mismo a_o, con usted amigo Presidente firmamos la Declaraci¢n Conjunta de Santa Cruz, en la que ratificamos la voluntad pol¡tica de construir una verdadera «Asociaci¢n Estrat’gica», proyect ndonos como el principal eje energ’tico de la regi¢n.
Y as¡ continuamos trabajando sin pausa. En febrero de 1999, inauguramos la conclusi¢n de las obras del gasoducto Santa Cruz – San Paulo, que ya est en marcha; luego decidimos la construcci¢n de un segundo gasoducto que llegar hasta Cuiab . En diciembre de 2000 iniciamos las obras de una importante Planta Termoel’ctrica en Puerto Su rez, que le permitir a Bolivia exportar electricidad al mercado brasile_o.
+ltimamente, con la inauguraci¢n de la planta de separaci¢n de hidrocarburos de San Alberto, se ha concretado un nuevo hito en la relaci¢n energ’tica Bolivia – Brasil.
Nuestro potencial energ’tico, que ya es realidad, permitir que en esta nueva Am’rica del Sur, democr tica e integrada Bolivia se constituya en el nocleo y eje del abastecimiento y distribuci¢n energ’tica del cono sur.
Esta es la visi¢n que tenemos los bolivianos sobre el papel que nos toca desempe_ar en la regi¢n. Estamos dispuestos a trabajar junto a nuestros vecinos, en armon¡a, generando confianza y esperanza en un ma_ana mejor.
Estimado Presidente y amigo:
Que su permanencia en Bolivia sea grata para usted y su distinguida Delegaci¢n.
Recibirlo es un motivo de especial alegr¡a, lo que reafirma nuestro compromiso de seguir trabajando por el creciente bienestar de los pueblos de Brasil y Bolivia, de juntar esfuerzos para ese objetivo prioritario. Ser menos dif¡cil si lo intentamos juntos.
Deseo brindar para que esos ideales de franca amistad entre bolivianos y brasile_os se fortalezcan permanentemente en el coraz¢n de nuestros pueblos, por el ‘xito de los emprendimientos que estamos alentando conjuntamente y por la ventura personal suya y de su apreciada familia.
Muchas gracias».