168
Todo esto, más que una crítica a este su nuevo disco es un tirón de orejas al grueso de su trayectoria en solitario, que en nada tiene que ver con los Pixies, pese a que ahora llené en sus conciertos por España gracias a ese batallón de nostálgicos que ven en Frank Black las cenizas frías de lo que nunca pudieron presenciar. «Dog In The Sand» es un discurso ligero de pop-rock en diversas concepciones, formalmente adulto, casi nunca inspirado. Me quedo con «The Swimmer», por elegir una canción de una colección poco jugosa: el reciente recopilatorio de caras B editado por 4AD de los Pixies es, pese a ser únicamente un artefacto comercial para llenar las vacías arcas, muchísimo más valioso.