ôSeñora presidenta de la Cámara de Diputados, Diputada Beatriz Paredes Rangel;
Señor presidente del H. Senado de la República, Senador Diego Fernández de Cevallos;
Señor presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Ministro Genaro Góngora Pimentel;
Señor presidente del Comité Ejecutivo del Partido Acción Nacional, Licenciado Luis Felipe Bravo Mena;
Señora presidenta del Partido Revolucionario Institucional, Senadora Dulce María Sauri Riancho;
Señora presidenta del Comité Ejecutivo Nacional del Partido de la Revolución Democrática, Licenciada Amalia García Medina;
Señor presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido del Trabajo, Diputado Alberto Anaya Gutiérrez;
Señor presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Verde Ecologista de México, Licenciado Jorge González Torres;
Señor presidente del Comité Ejecutivo Nacional de Convergencia por la Democracia, Licenciado Dante Delgado Ranauro;
Señor presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Sociedad Nacionalista, Diputado Gustavo Riojas Santana;
Se_or presidente del Comit’ Ejecutivo Nacional del Partido Alianza Social, Se_or Guillermo Calder¢n Dom¡nguez;
Se_ores Gobernadores de los estados de la Repoblica Mexicana;
Compa_eros, compa_eras del Gobierno Federal;
Distinguidos testigos;
Mexicanas y mexicanos:
El d¡a de hoy somos testigos de un hecho trascendental en la vida pol¡tica de nuestro pa¡s.
Orgullosamente, los mexicanos y mexicanas podemos decir que nos conducimos con responsabilidad y a la altura de los tiempos.
Con la participaci¢n de todas las fuerzas pol¡ticas de M’xico, hemos construido un sistema de Gobierno democr tico que debemos proteger y desarrollar.
Para protegerlo, hay que ejercer la pol¡tica con eficacia, atendiendo las demandas del presente. Para desarrollarlo, tenemos que reformarlo y perfeccionarlo responsablemente.
De este modo integraremos nuestra democracia al patrimonio social de nuestra generaci¢n y de las que vienen. As¡ la pol¡tica cumple su verdadera misi¢n: servir a la sociedad.
En este esfuerzo, concurren los partidos de larga vida en nuestra pol¡tica y los de m s reciente surgimiento. Nadie mejor para juzgar todo lo realizado y reconocer lo inacabado que sus propios constructores.
Aqu¡ encontramos a viejos y nuevos arquitectos del andamiaje nacional. El prop¢sito comon de quienes firmamos este documento, es que la pol¡tica y los pol¡ticos, sirvan plenamente a sus representados, a los y las ciudadanas.
El Acuerdo Pol¡tico para el Desarrollo Nacional ser piedra de toque para la consecuci¢n de estos anhelos. Todos los pol¡ticos tenemos la obligaci¢n de servir; de atender con energ¡a y prontitud las leg¡timas demandas de nuestro pueblo.
Este texto, que acabamos de escuchar, se_ala con claridad que todos los partidos pol¡ticos y las diversas fuerzas de la sociedad mexicana, coincidimos en que ‘sa es nuestra misi¢n comon.
Se trata de un verdadero Acuerdo para el desarrollo; porque en ‘l hemos forjado una agenda que expresa y resume los temas sustantivos que hemos comprometido abordar para impulsar a M’xico hacia sus metas.
En este Acuerdo se_alamos las tareas pendientes por alcanzar, para alcanzar un mejor desarrollo social y econ¢mico; as¡ como para tener una participaci¢n m s activa de nuestro pa¡s en el mbito internacional.
El Acuerdo Pol¡tico para el Desarrollo Nacional significa, tambi’n, un importante avance en los procedimientos democr ticos que entre todos y todas estamos consolidando.
Hemos aprendido que s¢lo aquello que incluye e invita a la participaci¢n de todas y todos tiene posibilidades de permanecer.
Para ello, las fuerzas pol¡ticas de M’xico buscan que este Acuerdo involucre a los partidos y a la sociedad; a los Poderes de la Uni¢n y a los integrantes de la Federaci¢n. Con este objetivo damos hoy el primer paso de esta enorme tarea.
Paso a paso, estoy seguro, se ir n sumando todos los actores pol¡ticos y sociales de M’xico que deseen contribuir a este esfuerzo para el desarrollo nacional.
As¡, quienes construimos este Acuerdo, hemos previsto un procedimiento que convoca, desde su inicio, al Congreso de la Uni¢n. A partir de ah¡ ampliaremos la convocatoria a los Estados y los municipios. Y, por supuesto, a la sociedad en su conjunto.
Por ello, los procedimientos convenidos privilegian la participaci¢n activa del Poder Legislativo y, en particular, de la LVIII Legislatura.
Nuestro trabajo corresponsable marcar la medida del ‘xito de este Acuerdo Nacional.
La voluntad de consenso, que se ha manifestado en este texto, guiar la acci¢n del Estado mexicano, a cuya formaci¢n concurren todas las fuerzas pol¡ticas nacionales que lo suscriben de cara a la sociedad.
Hoy inauguramos una nueva etapa en el engrandecimiento de la Patria. M’xico tiene la fortaleza institucional que se requiere para llevar a buen puerto esta misi¢n.
Los mexicanos y mexicanas tenemos la capacidad requerida para realizar la reforma del Estado que todos anhelamos, para perfeccionar nuestra democracia y cumplir, cumplirle a M’xico y a los y las mexicanas.
La democracia trae aparejados los sue_os y esperanzas de millones de mexicanas y mexicanos que conf¡an, que votaron por el pluralismo y la tolerancia, y que hoy esperan ver satisfechas sus demandas de progreso.
Hoy todos los partidos pol¡ticos y el Ejecutivo Federal nos comprometemos a trabajar para avanzar con paso firme, unidos en nuestra pluralidad, a favor de las grandes aspiraciones nacionales.
Enhorabuena y muchas gracias».