La izquierda tradicional se encuentra sumida en una crisis profunda en los últimos años que ha llevado a un desmoronamiento ideológico de sus principales recursos: los llamados partidos de izquierda, los denominados sindicatos de clase y los conocidos como intelectuales comprometidos.
Efectivamente, desde los años 80 nos encontramos con los partidos de corte socialdemócrata propugnando en sus programas electorales la privatización de empresas públicas, el recorte de la Seguridad Social, la reducción de impuestos… Por no hablar de los antiguos partidos comunistas, que tras la caída del Muro, se han transformado en ísocialdemócratas! renunciando a toda idea de transformación social. Consecuentemente, el elector, puesto en la tesitura de votar programas económicos pertenecientes a la derecha, prefiere optar por las opciones de derecha. Lo mismo se puede decir a otro nivel de la mayoría de los intelectuales, alejados hoy en día de ningún tipo de compromiso social y cómodamente acampados a orillas del poder, refugiados en la est’tica y lo virtual (+existe arte sin sufrimiento?).
Lo de los sindicatos de clase se puede decir que merecer¡a cap¡tulo aparte. Las copulas dirigentes totalmente alejadas de la realidad del mundo laboral, se dedican a firmar acuerdos ¥que abaratan el despido!, buscan f¢rmulas para hacer viable el sistema futuro de pensiones ¥a trav’s de fondos privados de pensiones!, aceptan una subida salarial del IPC previsto mientras el capital y la banca se reparten los beneficios obtenidos en los ciclos econ¢micos expansivos. Es decir, m s de lo mismo, se han quedado sin programa, actoan sin referentes, no se atreven a buscar alternativas. Viene esta reflexi¢n a cuento de un ejemplo concreto que lleva unos meses ya de gestaci¢n.
La Universidad, otrora vanguardia de luchas pol¡ticas y sindicales de izquierda, se retira ahora vergonzosamente ante la nueva ofensiva de la liberalizaci¢n y la globalizaci¢n. La Universidad de Oviedo lleva un tiempo negociando su convenio colectivo y nuevas condiciones de trabajo. Los representantes de los trabajadores con mayor¡a en el Comit’ de Empresa y en la Junta de Personal, pertenecientes a los denominados sindicatos de clase (UGT y CCOO) aceptan sin ningon tipo de pudor las propuestas de la Empresa como ventajosas socialmente. +Ventajosas para qui’n? La Empresa propone que los trabajadores hagan m s horas y los dirigentes sindicales defienden que hay que hacer m s horas, que no se puede defender socialmente trabajar 32 horas y media semanales. ¥¥¥Les da verg_enza!!! Se olvidan de los miles de obreros muertos en los a_os 20 y 30 por conseguir 40 horas. Se olvidan de que este tipo de retrocesos siempre lo pagan los de abajo que son los que siempre acaban teniendo que cumplir lo que otros firman y nunca les van a obligar a hacer. Se olvidan de que nunca hay que ceder ante la Empresa sin contrapartidas, porque eso supone cederlo todo a largo plazo.
Lo cierto es que la val¡a de una representaci¢n sindical se demuestra en las negociaciones y en los conflictos colectivos, ocurre un poco, como con los ej’rcitos, que nunca se conoce su valor hasta que estalla realmente una guerra. La de los actuales representantes es realmente negativa. Hablan de las contrapartidas econ¢micas conseguidas, pero se olvidan de que eso ¥era lo que ofrec¡a la Empresa desde el principio! +Es esto una negociaci¢n? La Empresa ofrece X y los sindicatos piden m s. La Empresa sigue ofreciendo X y los sindicatos aceptan X y dicen a los trabajadores que no hay m s. Si no hay m s, que lo busquen, si no es este a_o ya lo encontrar n el pr¢ximo. Nunca se puede negociar partiendo de lo que ofrece la Empresa. Por favor, para conseguir esto no hace falta negociar.
Volviendo a la reflexi¢n inicial, la izquierda actual necesita una gran transformaci¢n, pero no desde la palabrer¡a de las copulas que dominan partidos y sindicatos de izquierda, sino que puede empezar por cosas tan sencillas como una negociaci¢n sindical, recuperando la dignidad perdida como trabajadores, recuperando el derecho a combatir el gran capital, a transformar el sistema econ¢mico actual, a discrepar del pensamiento onico, recuperando, en definitiva, un referente ideol¢gico. Los oltimos movimientos de la izquierda real parecen ir en ese sentido: movimientos ecologistas, movimiento zapatista, lucha antiglobalizaci¢n… La llamada izquierda tradicional no se encuentra en ninguna de estas luchas ¨Ser casualidad?
Eduardo Campomanes
Portavoz de LOS VERDES DE ASTURIES