En el marco de su intervención durante un debate en la Plenaria del Senado, la noche del martes, Gómez Alzate, aseveró que la búsqueda de solución política al conflicto no le quita responsabilidad a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) por los actos que ha cometido contra la población civil, y recalcó que las conversaciones de paz bajo ningún punto de vista justifica el uso de la violencia.
Detalló a los parlamentarios que las iniciativas en torno al cese el fuego que impulsa el Gobierno, que preside Andrés Pastrana, se sustentan en principios esenciales, verificables por tiempo definido y prorrogable por acuerdo entre las partes.
En tal sentido, precisó que la iniciativa de la administración gubernamental, es indivisible y está basada en la verificabilidad, en la verificación y en la localización. Y explicó que la verificabilidad apunta a que la fórmula con que se pacte presente condiciones para que la
verificación sea efectiva, y ello en estrecha relación con la localizaci¢n. Esta son las reas verificables en donde el cese al fuego no se haga dif¡cil de manejar y de controlar.
La iniciativa del Gobierno estriba en el cese de las acciones ofensivas contra las FARC-EP en el rea de distensi¢n militar por parte de los organismos de seguridad del Estado. En tanto e grupo insurgente deber comprometerse al cese de todo tipo de secuestro, extorsi¢n, amenazas generalizadas o individuales, al igual que las acciones contra la Fuerza Poblica y la infraestructura econ¢mica del pa¡s y al cese de todo tipo de acciones conexas con el narcotr fico.
«Eso es lo que la propuesta transmite y naturalmente para que haya un desarrollo adecuado tendr¡a que darse la concentraci¢n de las FARC en el territorio de la reconciliaci¢n, segon se reglamente», indic¢ el Alto Comisionado.
Expres¢ que la soluci¢n pol¡tica del conflicto, antes que la v¡a armada , es un «imperativo ‘tico», el camino m s acertado para lograr la reconciliaci¢n en el pa¡s. Una soluci¢n, agreg¢, que construya la paz a trav’s de una pol¡tica de Estado y no simplemente como un elemento coyuntural.
«Muchos asumen que la soluci¢n pol¡tica es la mejor, pero se les olvida asumir la responsabilidad que tienen», remarc¢ el funcionario.
Dej¢ en claro que: «Ni la soberan¡a nacional, ni la unidad territorial, ni la democracia, ni los derechos fundamentales de los ciudadanos son objeto de negociaci¢n», y agreg¢, «yo no firmar¡a un acuerdo que dividiera el territorio nacional».
«La paz no es s¢lo silenciar los fusiles sino reconstruir el tejido social», concluy¢ el funcionario.