Camarada Manuel Marulanda.
Reciba de parte nuestra un fraternal y bolivariano saludo.
Atendiendo a su solicitud, le presentamos un informe con los últimos hechos en el marco del proceso de paz, para ser presentado al Secretariado del Estado Mayor Central y a los embajadores de los países que facilitan la relación de la Mesa Nacional de Diálogo con la comunidad internacional.
1. Intercambio Humanitario y entrega unilateral de prisioneros de guerra.
Resaltamos como un hecho de suma importancia para el proceso de paz en Colombia, el cumplimiento por las dos partes, Estado y FARC-EP, del Acuerdo de Intercambio Humanitario de Prisioneros de Guerra enfermos -denominado por algunos como canje-, que permitió la liberación de 55 miembros de las Fuerzas Armadas y Policía por 14 guerrilleros de nuestra organización.
De la misma manera, sobresale, a pesar del silencio de la prensa nacional, la decisión del Estado Mayor Central de las FARC-EP de entregar unilateralmente, en medio de la guerra y del proceso de paz, a otros 304 soldados y polic¡as con la presencia de 16 representantes de pa¡ses y Estados, delegados de organismos extranjeros, miles de colombianos venidos de distintas regiones del pa¡s, pobladores de la zona y de periodistas de medios de comunicaci¢n internacionales y nacionales.
Este acto generoso de las FARC, es continuaci¢n de moltiples entregas unilaterales de prisioneros de guerra, entre los cuales destacamos la liberaci¢n en Cartagena del Chair de 60 soldados y 10 infantes de marina, en junio de 1997; los 69 soldados capturados en el combate de Jurad¢, Choc¢, que el a_o pasado fueron entregados al p rroco de la localidad; los 40 infantes de marina prisioneros en la base Tokio en Valle del Cauca el 10 de marzo de 2001, recibidos por periodistas; y los 22 soldados capturados en el combate en la Base de Coreguaje, Putumayo, y dejados en libertad por decisi¢n del mando guerrillero de la operaci¢n el pasado 22 de junio, tal como lo informaron los mismos soldados liberados.
Vemos conveniente, para el buen desarrollo futuro de los di logos, hacerle saber al Gobierno que las FARC-EP no pueden aceptar la campa_a internacional que ‘ste adelanta en contra de ellas. A la presi¢n que ejerce sobre los gobiernos de los pa¡ses donde adelantamos actividades pol¡ticas y diplom ticas, con la idea de impedir nuestro trabajo pol¡tico de difusi¢n de las propuestas del proceso de paz, ahora hay que agregar que para el acto de entrega unilateral de los 304 prisioneros de guerra, el gobierno obstaculiz¢ la asistencia de invitados nuestros por lo que muchos no pudieron llegar a tiempo y otros ni siquiera lograron la autorizaci¢n para entrar al pa¡s.
Resalta tambi’n la actitud desafiante del Presidente Pastrana cuando en su discurso en Tolemaida, al momento de recibir los soldados y polic¡as liberados por decisi¢n unilateral de las FARC-EP, plantea que aquello que no se logre en la Mesa de Di logos ser logrado por otros medios. Lo mismo cuando se refiri¢ a los prisioneros de guerra como «secuestrados», cuando la opini¢n mundial conoce que todos fueron rendidos en diferentes combates, en el transcurso de cuatro a_os, por los guerrilleros, y a los que se les dio el trato humanitario acorde con nuestras normas.
Lo que no dicen los actuales gobernantes es que si alguien en Colombia tiene como pol¡tica la tortura y el maltrato contra los prisioneros es el Estado. Millares de compatriotas han tenido que padecer ‘stos vej menes entre los que se encuentra nuestro Comandante en Jefe, Manuel Marulanda, detenido por la polic¡a rural, a comienzos de los a_os 50, en el Alto Cumaral, Valle del Cauca, amarrado al cuello y conducido en estas condiciones hasta la poblaci¢n de G’nova, Quind¡o, donde fue torturado.
Igual de notorio es el descaro de los due_os y directores de los grandes medios de comunicaci¢n nacionales que, a pesar de un amplio despliegue de periodistas, c maras y otros sofisticados equipos que trasladaron a La Macarena, optaron finalmente por ocultarle al pa¡s el acto de entrega unilateral m s importante de toda la historia de este conflicto.
Las FARC-EP deben exigir al gobierno y a los grandes medios de comunicaci¢n del pa¡s, que cambien el trato de secuestradores con el que se refieren a nosotros, lo cual se hizo m s evidente en los d¡as previos, durante y despu’s de la liberaci¢n de los soldados y polic¡as. La utilizaci¢n del concepto de «secuestrados» para referirse a los prisioneros de guerra es otro de los tantos mecanismos creados por el Estado colombiano para no aplicar el Derecho Internacional Humanitario al que est obligado por los tratados internacionales suscritos.
2. Ley de canje.
El intercambio de prisioneros de guerra enfermos es un logro de quienes creemos en la soluci¢n pol¡tica sobre las fuerzas retardatarias del Establecimiento que, esgrimiendo razones jur¡dicas, se opon¡an a su materializaci¢n.
Nuestra lucha por acordar con el Estado colombiano una Ley de Canje Permanente debe continuar hasta lograr, por esa v¡a, la libertad definitiva de la totalidad de combatientes de ambas partes.
3. El «Acuerdo de los Pozos» y la erradicaci¢n manual de cultivos frente a la continuaci¢n de las fumigaciones.
Las fumigaciones, acompa_adas de represi¢n y violencia contra los campesinos, siguen perjudicando la salud de los pobladores y sus bienes agr¡colas y ganaderos. Ello contradice el «Acuerdo de los Pozos», que plantea una soluci¢n diferente: la sustituci¢n manual, previo acuerdo con las comunidades sobre planes de desarrollo social. El medio ambiente de la Amazonia donde confluyen intereses de varios Estados como Brasil, Bolivia, Ecuador, Pero, Venezuela y Colombia, como resultado de las fumigaciones, tambi’n se deteriora cada vez m s.
La fumigaci¢n como m’todo equivocado de combate al narcotr fico, que comenz¢ en los departamentos de Putumayo y Caquet , se ha extendido al Cauca y Nari_o. +ltimamente se fumiga en Norte de Santander, Bol¡var, Vichada, Guaviare, Guajira y Cesar, entre otros.
Hay que destacar la actitud de los gobiernos y parlamentos de Europa al rechazar el componente militar del Plan Colombia. Sin embargo, ser¡a conveniente que los pa¡ses europeos permanezcan atentos para que los millones de d¢lares destinados por sus gobiernos hacia planes sociales no sean incluidos como parte del componente social del Plan Colombia, y resulten respaldando la soluci¢n militar del problema de los cultivos il¡citos, cuyo origen es de orden socioecon¢mico.
4. El paramilitarismo y la necesidad de depurar a las Fuerzas Armadas.
El paramilitarismo continoa su carrera de muerte y desolaci¢n, sin que el Estado lo ataque efectivamente y menos aon, depure las fuerzas militares de los mandos que lo impulsan y protegen. Es el caso de la carta dirigida por miembros de la banda La Terraza al Presidente de la Repoblica, el Procurador y el Fiscal, donde con nombres propios denuncian a altos mandos del Ej’rcito y la Polic¡a de sus v¡nculos con los paramilitares. Hasta la fecha ninguna autoridad el Estado se ha pronunciado al respecto; mientras tanto, la totalidad de los firmantes de la carta han ca¡do asesinados.
Nadie entiende c¢mo nunca hay enfrentamientos de las Fuerzas Militares y de Polic¡a contra los paramiliatres, y por el contrario se les ve actuando de manera conjunta como acaba de suceder en Peque, Antioquia, donde unidades de la 11 Brigada y grupos paramilitares fueron trasladados en helic¢pteros desde el municipio de Tierra Alta, C¢rdoba, en una operaci¢n coordinada por las Brigadas 11 y 4a.del ej’rcito con el fin de expulsar a los pobladores de la cabecera municipal y de sus fincas para expropiarles las tierras y robarles el ganado. Tales hechos se confirman con los combates sostenidos por unidades del Bloque Jos’ Mar¡a C¢rdoba de las FARC-EP, contra este grupo mixto de militares y paramilitares. All¡ murieron 18 paramilitares, se rescataron cerca de 700 cabezas de ganado que fueron devueltas a sus propietarios. Adem s se recuperaron 13 fusiles, una ametralladora, 2 morteros y 200 equipos de campa_a.
5. Temas que adelanta la Mesa Nacional de Di logo.
A. El cese al fuego y hostilidades. La Mesa Nacional de Di logo continoa la discusi¢n del Cese de Fuegos; sin embargo, hay un nuevo elemento que se debe tener en cuenta: la filtraci¢n a periodistas por parte de alguien del Gobierno del documento nuestro del Cese de Fuegos, violando el acuerdo de la Mesa de mantenerlo en secreto, por lo que los voceros de las FARC-EP consideramos que esto amerita, no s¢lo un reclamo, sino su difusi¢n para darlo a conocer a la opini¢n.
De otra parte, est claro que avanzar en el tema del Cese de Fuegos y de Hostilidades, en medio del accionar impune del paramilitarismo estatal contra el pueblo y sus organizaciones es imposible. Tampoco se entiende c¢mo en medio de esta barbarie paramilitar, se le exije a las FARC-EP un cese al fuego y de hostilidades.
B. El desempleo. Los colombianos que se hicieron presentes de forma masiva en las Audiencias Poblicas exigen a la Mesa Nacional de Di logo que ‘sta se ocupe de discutir y llegue a acuerdos sobre el tema del desempleo.
De acuerdo con lo anterior, se hacen necesarias reuniones de la Mesa con distintos sectores de empresarios y trabajadores que nos permitan llegar acuerdos concretos sobre c¢mo generar empleos en las distintas ramas de la producci¢n. El Gobierno aon no se ha pronunciado oficialmente acerca de la propuesta de las FARC-EP para crear un subsidio temporal de desempleo, mientras arrojan resultados los posibles acuerdos de la Mesa en este tema.
Por fin la semana pasada se logr¢ convencer a los negociadores del Gobierno de un nuevo calendario de Audiencias Poblicas y Mesas Redondas. Estas se reinician el 28 de julio sobre el tema Distribuci¢n del Ingreso y Desarrollo Social.
La contradicci¢n del Gobierno del Presidente Pastrana en materia de paz es m s clara ahora para el conjunto de los trabajadores colombianos, pues mientras por un lado habla de paz, por el otro, legisla en contra de ella, como se deduce de las leyes de reforma fiscal, de transferencia, laboral y para la guerra presentadas por el Gobierno y recientemente aprobadas por el Congreso, previo soborno de algunos parlamentarios para obtener los votos suficientes.
Atentamente,
Raol Reyes, Joaqu¡n G¢mez, Carlos Antonio Lozada, Andr’s Par¡s y Sim¢n Trinidad, voceros de las FARC-EP en la Mesa Nacional de Di logo