ôAcompañado de su Ministro de Economía, José Luis Machinea, sonrientes ambos, el presidente ponderó que el escudo despejaba los temores ûde los mercados internacionales- que pendían sobre la solvencia fiscal del país.
En la rueda de prensa, se manifestó deseoso de que los indicadores económicos mantuvieran su tendencia positiva y que ôla baja en la tasa (de interés) siga llegando a la gente y se genere trabajo para todos los argentinosö.
Por su parte, el titular del Palacio de Hacienda, afirmaba que con el visto bueno del Fondo ôhemos eliminado la incertidumbre que había respecto del caso argentinoö.
Recordemos que del monto aprobado, 13700 millones de dólares serán aportados por el FMI y que los restantes 26200 provendrán del Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial, entidades financieras comerciales argentinas y extranjeras y el Gobierno español que girará 1000 millones.
Vale destacar que el ôblindajeö no es otra cosa que el reaseguro para que los acreedores continoen cobrando los intereses y servicios de la escandalosa deuda externa argentina que ronda los 180 mil millones de d¢lares.
El anuncio en la Argentina no reflej¢ la discusi¢n que se gener¢ en el seno del Fondo, en Washington. El directorio del organismo debati¢ por m s de tres horas la aprobaci¢n del acuerdo, habida cuenta de los reparos que pusieron los pa¡ses industrializados en referencia a la capacidad pol¡tica de la coalici¢n aliancista de cumplir con los compromisos asumidos a cambio del salvataje financiero. El principal temor del FMI gira en torno a la actitud que han adelantado los diputados del Frente Pa¡s Solidario, socios del radicalismo en el Gobierno, frente al decreto sobre la reforma previsional que firm¢ el presidente en el oltimo d¡a h bil del siglo pasado.
La encargada de despejar las dudas fue quien negoci¢ la carta de intenci¢n con la administraci¢n argentina, la italiana Teresa Ter Minassian.
Luego de la intervenci¢n de la funcionaria, los 24 integrantes del directorio dieron v¡a libre a la aprobaci¢n tan esperada por el Gobierno argentino.
Tras ello, redactaron un comunicado en el cual la copula del organismo sigue defendiendo la convertibilidad, ese esquema de paridad que rige en el pa¡s desde 1991 en donde un peso equivale a 1 d¢lar, «como el mejor sistema cambiario para la Argentina». El documento llevaba la firma de su vicepresidente, Stanley Fischer.
En ‘l, advierte que es b sico «que las autoridades de todos los niveles de gobierno se atengan rigurosamente al programa econ¢mico para restaurar la confianza de los mercados, lograr que la econom¡a retome una trayectoria de mayor crecimiento y proteger el r’gimen de convertibilidad el pa¡s».
En otro p rrafo del comunicado, se le reclam¢ adem s que el compromiso asumido por la administraci¢n radical frepasista con las medidas econ¢micas que llevaron al otorgamiento del escudo «se traduzcan en medidas sostenidas, que cuenten con el respaldo de la sociedad argentina».
Seguramente que a las medidas que alud¡a Fischer tienen que ver con el recorte salarial a los empleados del Estado implementado en mayo pasado por el Gobierno de De la Roa. Es m s, casi sin sudas tambi’n se refer¡a al «impuestazo» de finales del 99 cuando reci’n hab¡a asumido el Ejecutivo actual.
Si la intenci¢n del vicepresidente del FMI es que la poblaci¢n apoye esas medidas, que saludables para su ideario son las mejores, equivoca el camino, porque desde estas latitudes la inmensa mayor¡a de la sociedad las rechaz¢ desde el mismo momento en que fueron puestas en pr ctica.