Fueron 17, los años de régimen militar en el país andino, su saldo, 1092 Personas detenidas desaparecidas. Al ex general le cabe toda la responsabilidad por las graves violaciones a los derechos humanos claro que Marco Antonio, como el emperador romano, su hijo afirmó que su ôpapa es inocenteö de los cargos que le imputan. El hijo, no obstante, aclaró que aunque lo fuera el seguiría apoyándolo. Es su hijo que más podría decir. Cosa difícil ser el hijo de un militar que Gobernó a sangre y fuego a Chile, bueno decimos ödifícil ô, tal vez no lo sea.
Mientras Augusto Pinochet se sometía a las pericias médicas, en las afueras del Hospital Militar, sus defensores y detractores se manifestaban. Los Carabineros (policía militarizada) montaban un fuerte dispositivo de seguridad.
ôSoldado, no pidas perdón por salvar a la Patriaö, podía leerse en el lienzo que desplegaron sus más acérrimos defensores.
Ese soldado que ôsalvó a la patriaö fue quien sembró de terror al pa¡s.
A pocos metros los familiares de las v¡ctimas del terrorismo de estado respond¡an gritando, a viva voz: «ASESINO».
Los integrantes de la Agrupaci¢n de Familiares de Ejecutados Pol¡ticos llegaron hasta el centro asistencial castrense portando un cartel, en el se le¡a: «Caravana de la Muerte».
Poco tiempo despu’s que Pinochet asestara el golpe militar contra el Presidente constitucional, Salvador Allende, una operaci¢n militar recorri¢ todo el territorio chileno en busca de los detractores del r’gimen para ejecutarlos. Eso fue la «Caravana de la Muerte» por esa causa el Juez Guzm n Tapia logr¢ el desafuero del quien se erigi¢ como senador vitalicio. Por esta causa el militar que «salvo a la patria», tiene sobre sus espaldas el asesinato de 75 Personas.
El clima se enrarec¡a en Santiago de Chile, una llamada an¢nima alertaba sobre un paquete extra_o. En un edificio cercano al Palacio presidencial (La Moneda) un artefacto explosivo era desactivado por la unidad antiexplosivos del Grupo de Operaciones Especiales de Carabineros. El artefacto, inform¢ la polic¡a, ten¡a aproximadamente 10 cent¡metros de largo, 10 de ancho y compuesto por f¢sforos y pila.
El mismo ten¡a una nota: «aqu¡ est n los huesitos de un detenido desaparecido».
La cobard¡a humana no tiene l¡mites, la historia de la humanidad est plagada de estas muestras de miserabilidad.
Tal vez pequemos de reiterativos, pero tenemos la firme convicci¢n de que no debemos olvidar los horrores del pasado. No podemos permitir que bajo el amparo de la impunidad se pueda decir, «a 151 los hemos arrojado al mar, lagos y r¡os».
Si ellos confiesan sus cr¡menes lo onico que cabe demandar es Justicia y Escarmiento. Porque ya lo dec¡a Pablo Neruda: «No hay que contar con su arrepentimiento. Ni hay que esperar del cielo ese trabajo».