ôEs necesario hacer un llamado de alerta a toda nuestra región, ante peligros como los que está viviendo en este momento la humanidad. Debemos hacer un llamado a la calma para que la población entienda que lo que persiguen minorías muy pequeñas es la parálisisö, dijo el Secretario Permanente del SELA, embajador Otto Boye.
Por su parte, el representante en Venezuela de la OPS/OMS, Daniel Gutiérrez, señaló que el pánico sí podría afectar la salud de los países de la región, ya que ello podría traer un congestionamiento de los servicios de salud, sobrecarga en el sistema de monitoreo epidemiológico y en los laboratorios, y lo que es peor, podría ôpodría hacer que personas que sí están afectadas por enfermedades reales, no tuvieran acceso a los medicamentos que necesitanö.
En este mismo sentido, el Coordinador Médico Nacional de Defensa Civil de Venezuela, Jorge Insignares, aseguró que aunque las autoridades venezolanas han recibido llamadas de personas que han creído recibir sobres infectados con la bacteria, hasta ahora no se ha confirmado ningon caso, por lo que recomend¢ a la poblaci¢n mantener la calma.
En la conferencia de prensa, el Secretario Permanente del SELA present¢ un informe de coyuntura sobre los posibles efectos en materia econ¢mica que tendr¡an en los pa¡ses de Am’rica Latina y el Caribe los ataques de car cter biol¢gico y qu¡mico registrados en algunos puntos de Estados Unidos tras los atentados terroristas del 11 de septiembre.
El informe identifica cuatro reas principales en las cuales los efectos de una guerra bacteriol¢gica pueden tener repercusiones importantes.
En primer lugar se encuentran las exportaciones de carne e, indirectamente, otros productos agr¡colas que pueden ser portadores y transmisores de pat¢genos. En este caso los pa¡ses m s afectados podr¡an ser Uruguay y Argentina, cuyos ingresos por exportaciones de carne se podr¡an mermar hasta en 5.300 millones de d¢lares en los primeros seis meses, en caso de que una contingencia obligue a incrementar controles, restricciones e, incluso, posibles cuarentenas por parte de los mercados consumidores.
Igualmente se afectar¡an mercados nacionales y subregionales productores y/o comercializadores de carnes, lo que perjudicar¡a a pa¡ses con una producci¢n nacional importante como son los casos de M’xico, Nicaragua, Costa Rica, Argentina, Uruguay, Ecuador y Colombia. Con base en una primera evaluaci¢n, las p’rdidas podr¡an ser del orden de 3.400 millones de d¢lares.
Otro sector ser¡a el del turismo, donde ya se han comenzado a observar los efectos de los atentados del 11 de septiembre al registrarse p’rdidas de unos 70.000 puestos de trabajo en la regi¢n. A esto se sumar¡a el temor a viajar por miedo al contagio de enfermedades cuya presencia persiste en pa¡ses de menor desarrollo.
Pa¡ses como Bahamas, Barbados, Repoblica Dominicana, las Antillas Menores y los de Centroam’rica, podr¡an ver un descenso de hasta 42 por ciento en sus actividades tur¡sticas. +stas econom¡as, por motivos estructurales, son muy vulnerables a las condiciones econ¢micas externas.
Junto a esto, tambi’n podr¡a registrarse una mayor aplicaci¢n de barreras no arancelarias por parte de los principales mercados consumidores, perjudic ndose con ello los productos provenientes de pa¡ses en desarrollo como los de Am’rica Latina y el Caribe.
En cuanto a los efectos espec¡ficos en materia de salud, el representante de la OPS/OMS asegur¢ que si bien la posibilidad de un ataque bacteriol¢gico o qu¡mico es un hecho posible, ‘ste es un «riesgo m¡nimo frente a las enfermedades» que padecen actualmente millones de personas en el mundo.
«En el mundo mueren 14 millones de personas al a_o por enfermedades infecciosas», dijo Guti’rrez, por lo que «el riesgo actual con enfermedades como el dengue, el c¢lera y la malaria es mayor que el de un ataque qu¡mico o biol¢gico».
No obstante, asegur¢ que la Organizaci¢n Mundial de la Salud (OMS) tiene un sistema de vigilancia epidemiol¢gica y de infecciones qu¡micas que abarca a los 191 pa¡ses de esa instituci¢n,
que ha demostrado ser «eficiente y eficaz y que lo ser tambi’n en la eventualidad de un ataque qu¡mico».
«Adem s, ha elaborado protocolos con procedimientos para todas las enfermedades conocidas en el mundo y para contaminantes qu¡micos y cuenta con mecanismos para garantizar el abastecimiento de medicinas y vacunas a cualquier pa¡s en la eventualidad de un ataque de este tipo», apunt¢ Guti’rrez.
Por su parte, Insignares insisti¢ en cuatro puntos que estim¢ «claves» y que toda la poblaci¢n debe conocer: la forma de adquirir el ntrax es por la v¡a cut nea, la inhalaci¢n o la ingesti¢n de la bacteria; no es una enfermedad contagiosa; el tratamiento para su curaci¢n es sencillo y est disponible y, por oltimo, que no se justifica que la poblaci¢n reciba una vacunaci¢n para esta bacteria si no la ha adquirido.
NO HAY EPIDEMIA DE -NTRAX EN EL MUNDO
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