PURR son otra de las esquinas importantes de un sello que en estos días sufre un proceso de ebullición creativa digno de ser investigado. «Open Transport», el segundo disco de PURR, está producido por el británico Luke Sutherland (Long Fin Killie, Bows), y puede definirse, brutamente, como un trabajo de presencia esdrújula y textura urbana. Lo segundo recuerda al comentado último trabajo de Prohibition, como si el nuevo hardcore saliera a la calle y se empapara de ese mestizaje que supone en sí mismas las grandes ciudades europeas. Lo primero, lo esdrújulo, es el sonido en el que ahora mismo viajan PURR, un sonido crudo que tiene la suficiente tensión para robarnos la atención, con una instrumentación aguerrida, a veces críptica, que enseña sus mejores armas cuando no pierde ante otra, la principal: la voz de Thomas Mery, biling³e cantante que se expresa con la sutilidad ante la explosión que le rodea, que parece un crooner apocado pero vencedor en lugar equivocado y que planta cara, con su sentido dictado, al emocore aritm’tico que le rodea. Crudeza y belleza, en el mismo saco. Pop y hardcore, si lo quieres.
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