Ademas, SHELBY BRYANT tiene una voz de duende travieso calcada a la de Marc Bolan, por lo que en los momentos afinados («Hello so fine») la sombra de T-Rex aletea orgullosa. Con otros referentes directos (Television Personalities al frente), BRYANT prosigue la leyenda de un árbol genealógico que añade cuentos de hadas a las orlas del pop. Y lo consigue. Más discreto en «Cupid’s Cactus», el quinto trabajo de F u c k, un grupo de pop-folk esquinado que tras dos estupendos discos («Pretty… Slow» y «Baby Loves A Funy Bunny»: American Music Club en puestas del psiquiátrico) ha diluido su rumbo. Cada día menos abrazados a la dispersión, «Cupid’s Cactus» tiene todavía partes de ese encanto travieso y tristón («Glass charms», «Panties off»), pero sin terminar de convencer del todo. Como si hubieran adulterado su esencia, F u c k suenan menos feos y más vacíos que en sus orígenes. Una pena, pues estaban llamados a ser los Flaming Lips de la agridulce nostalgia folk.
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