Su hija, Elena, fue secuestrada en los jardines de la embajada de Venezuela en Montevideo, en 1976, cuando huía de sus captores. Este hecho
motivó la ruptura de relaciones diplomáticas entre Venezuela y Uruguay durante algunos años.
Tota padece un decaimiento general de su salud, que incluye problemas estomacales. El informe médico, no deja muchas esperanzas en la
recuperación de Tota. Los especialistas han decidido trasladarla a terapia intermedia para permitir las visitas de sus familiares y amigos.
Al conocer el diagnóstico de los médicos, los amigos de Tota, lamentaron que la anciana tenga que partir sin saber el destino que tuvo su
hija, ni tener una tumba para llevarle flores. También rechazaron la actitud de aquellos que saben muy bien qué pasó y donde está Elena y que
sin embargo callan. (Uy/QR/Ci/Sa-Dh/ap)