Y el mazazo cayó este martes 9. S&P, mediante un comunicado de prensa, anunció la baja de su nota para la deuda soberana de largo plazo a ôCCC+ö de ôB-ô, manteniendo su calificación, para la de corto plazo, en ôCö, conservando para ambas la tendencia negativa.
Dos factores gravitaron para que la agencia norteamericana disminuyera su nota. Uno de ellos es ôla baja recaudación tributaria (del 14%) para setiembreö. El otro se vincula a la probabilidad de que la gestión gubernamental deba recortar, en 900 millones de pesos (o dólares) los gastos en el Presupuesto de este año. Coaligados ambos ôponen en relieve los cada vez mayores desafíos que enfrenta el Gobierno en la implementación de su programa fiscalö, el ôdéficit ceroö sancionado en julio último por los legisladores del oficialismo
S&P estima ôque a pesar del compromiso del Gobierno federal, las perspectivas de lograr el objetivo presupuestario de ædéficit ceroÆ para el año 2001 y mantener la autoridad presupuestaria en el año 2002 mientras hace frente al servicio de deuda en tiempo y forma se fueron perdiendo desde que se anunciara la pol¡tica (de equilibrio en las cuentas) el 11 de julio de 2001″.
El Estado logr¢ cumplir, en setiembre, su meta de «d’ficit cero» en gran medida por la mora acumulada de 480 millones de pesos que no les gir¢ a las provincias en virtud de la Ley de Coparticipaci¢n Federal de Impuestos.
Para S&P la ca¡da de confianza en el consumidor argentina, la peligrosa falta de cr’dito local, y la desaceleraci¢n econ¢mica mundial derivaron en las tendencias negativas del crecimiento del Producto Bruto Interno, la producci¢n en el campo de la industria y en la recaudaci¢n de impuestos.
En otro tramo de su informe, la calificadora remarc¢ que no obstante la incorporaci¢n de los mayores desembolsos del Impuesto al Valor Agregado y las contribuciones patronales en la recaudaci¢n del mes pasado, la disminuci¢n medida con el mismo lapso del a_o precedente «es significativa y confirma que la econom¡a no da se_ales de estabilizarse».
En medio de un comulo de presiones, sociales en su mayor¡a, S&P estima que dejando de lado el resultado de los comicios del domingo venidero, «es sumamente probable que Argentina deba reestructurar (refinanciar) su deuda».
Tema sobre el que ya se han expedido, en las oltimas semanas, distintos candidatos, tanto del oficialismo como de la oposici¢n. Teniendo en el ex Presidente Raol Ricardo Alfons¡n y en el ex Jefe de Gabinete de Ministros, Rodolfo Terragno, que aspiran a lograr una banca en el Senado, a los mayores exponentes de la tienda aliancista. Por su parte, Eduardo Duhalde, ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, y seguro senador por ese distrito, ya que encabeza las preferencias, es el portavoz del peronismo.
S&P, puso ‘nfasis en el «megacanje» de junio pasado, por el cual la Argentina rescat¢ unos 30 mil millones de d¢lares en t¡tulos de su deuda y los canje¢ por otros de m s largo plazo.
En ese sentido, la calificadora puntualiz¢ que en virtud de esa operaci¢n el nivel del pago de los intereses de deuda a corto plazo «es administrable, suponiendo que existan operaciones fiscales equilibradas».
En la parte final de su informe, S&P sostuvo que las calificaciones podr¡an mermarse nuevamente si los factores econ¢micos, pol¡ticos y sociales impidieran que el Ejecutivo pudiera sostener la situaci¢n fiscal.
Recordemos que tras las abultadas salidas de capital, la falta de renovaci¢n de los plazos fijos en pesos y la demanda de d¢lares por parte de los inversores locales a ra¡z de los temores de que el pa¡s entrara en cesaci¢n de pagos o «default», los dep¢sitos del segmento privado se estabilizaron cuando el Fondo Monetario Internacional anunci¢, a comienzos del mes pasado, un mayor respaldo financiero. Sustentado en una inyecci¢n de 8 mil millones de d¢lares, de los cuales 5 mil sirvieron para recomponer las menguadas reservas internacionales del Banco Central de la Repoblica Argentina.
Por oltimo, la calificadora estadounidense subray¢ que si bien la fuga de capital sensibiliza la confianza del inversor, un retorno al escenario anterior «pondr¡an a la econom¡a bajo mayores presiones y socavar¡an aon m s las perspectivas de crecimiento, ya que obstaculizan seriamente el cr’dito local».
Ahora bien, qu’ significa haber colocado a la deuda de largo plazo en condici¢n «CCC+».
Para ello nada mejor que la definici¢n de S&P.
«La deuda calificada con «CCC» tiene ya una posibilidad identificada de impago, y depende de condiciones comerciales, financieras y econ¢micas favorables para satisfacer de forma puntual el pago de intereses y principal (capital). En caso de condiciones comerciales, financieras o econom¡as adversas es probable que no tenga capacidad de pago de intereses y principal», explica la calificadora. El aditamento + la hace aon m s vulnerable.
Para hacerlo m s sencillo, la agencia -con esta quinta modificaci¢n del a_o- alert¢ a sus clientes de que el «default» est a la vuelta de la esquina.
La nueva degradaci¢n llev¢ a que la Argentina comparta con Ecuador el «privilegio» de ser uno de los dos pa¡ses m s riesgosos para los inversionistas. La Naci¢n gobernada por Gustavo Noboa cay¢ -hace dos a_os- en cesaci¢n de pagos y, luego tuvo que dolarizar su econom¡a.