Desde hace algunos años se ha intentado, desde la plataforma antifascista y otras entidades e incluso ayuntamientos de diferentes localidades, evitar este acto que según los antifascistas atenta contra todos los valores de solidaridad y justicia social, llevando a la práctica diversas acciones como manifestaciones, concentraciones, actos reivindicativos y lúdico-festivos para pedir y exigir que no se conceda el permiso a la ultra derecha.
Sin embargo la que no tenía el permiso era justamente la antifascista, que a pesar de todo y haciendo una llamada a la movilización y a la desobediencia civil, convocaron la manifestación, aún sin tener el permiso de las autoridades.
Un poco más tarde de lo previsto, hacia las doce del medio día se congregaron en plaza Urquinaona alrededor de unas quinientas personas. La policía antidisturbios tenía la zona acordonada, registrando a todas las personas sospechosas que entraban y salían de la plaza.
En cuanto estuvo llena de manifestantes salieron en dirección plaza Catalunya, pero a la altura del famoso centro comercial allí situado, la policía les cerró el paso. A partir de ese momento el ambiente empezó a caldearse. Los manifestantes se amparaban en la libertad de expresión pero «los de azul» tenían la «ley» en su mano, sin olvidarnos también, de las porras.
Después de un buen rato de tira y afloja, la policía decidió desmantelar aquella concentración, cargando brutalmente contra los antifascistas y consiguiendo dispersar al grupo de manifestantes.
Como represalia a la carga policial los diferentes grupos, reagrupados de nuevo, empezaron a destrozar todo lo que se encontraba a su paso. La batalla campal continuó en Paseo de Gracia y de allí se pasó a la Plaza Universidad. Detrás de los manifestantes quedaban tan solo resquicios de lo que había sido el mobiliario urbano: contenedores, cabinas de teléfono, sucursales bancarias….
Al poco rato ya solo quedaban pequeños grupos reducidos de insurrectos que se pasearon por las calles del raval, dejando el barrio peor de lo que estaba.
La manifestación acabó con una treintena de detenidos, de los cuales once eran menores y quedaron puestos en libertad ayer dia 13. Los demás hoy pasarán a disposición judicial. Se les acusa de desorden, atentado, manifestación ilegal y de participar en una manifestación con objetos peligrosos.
Texto y Fotos: Jordi Salas Reche