El punto de origen de toda la historia nace ya muerto Gaudí, cuando en 1956 el escultor Joan Matamala, hijo del ayudante de Gaudí, Llorenç Matamala, muestra una remembranza en la que saca a la luz unas reuniones que se celebraron en mayo de 1908 entre Gaudí y unos empresarios estadounidenses. Los encuentros estaban encaminados a concretar el encargo de un gran hotel de cerca de 380 metros de altura para la ciudad de Nueva York. El proyecto no llegó a materializarse nunca. Matamala presentaba en su informe un detallado proyecto con varios dibujos suyos y otros atribuidos a Gaudí.
La primera vez que se mostró este material fue en una exposición en Nueva York que celebraba el centenario del nacimiento del arquitecto. Pero la posibilidad, poco factible, de que fuera el propio Gaudí quien realmente hubiera dibujado los esbozos se ido convirtiendo en una hipótesis de trabajo cada vez más seductora. Joan Bassegoda, conservador de la Cátedra Gaudí, dependiente de la Universidad Politécnica de Barcelona, ha analizado con detenimiento los documentos de Matamala y piensa que existen suficientes anotaciones como para hipotéticamente realizar el proyecto.
De hecho, tras el atentado de las Torres Gemelas mandó una carta a los dueños del solar para que consideraran la posibilidad de construir en la Zona Cero el hotel de Gaudí. Fue Bassegoda quien consiguió que Matamala donase a la Cátedra los documentos que ahora pueden contemplarse en forma de dibujos, junto a la maqueta de planteamiento conceptual .
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