Con una escasa presencia de público en las casas de cambio porteñas, la cotización de la divisa se mantuvo inalterable: promedió los 3,50 pesos para la compra y 3,60 en su punta vendedora. Asimismo, ayer comenzó la operatoria del plan para que los ahorradores atrapados en el corralito y, que sus imposiciones fueron reprogramados en febrero último, opten por quedarse en sus trece o aceptar los bonos emitidos por el Estado, nominados en dólares y pesos. De momento, la cautela fue la respuesta de los sufrientes ahorradores.
En cuanto a la actividad bursátil, la rueda de ayer fue de festejo. Aunque el volumen negociado no superó los 35 millones de pesos, el saldo arrojó 46 alzas, 15 bajas y 2 papeles no modificaron sus valores. El motor para que el índice MerVal creciera hasta el 7,72% tuvo dos combustibles: el holding PC y Repsol, que evolucionaron el 17,45 y 10%, respectivamente. Vale precisar que la incidencia de los papeles de la primera, un 44% en el panel líder, obraron para que el indicador de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires cerrara en positivo. Por su parte, quedaron descuartizados los títulos del Grupo Financiero Galicia, al caer –su cotización- 14,48%. El trío español que se transa en el parque local recogió aplausos: a la mencionada Repsol se le adicionaron el grupo Telefónica, 3,03% y el BBVA, que lucró 1,87%, completaron el triángulo ganador.
Por otra parte, la ratificación de la ayuda de 10 mil millones de dólares a la primera economía sudamericana y la ampliación de 1500 millones de la misma moneda -del crédito ya otorgado- al Ejecutivo presidido por el uruguayo Jorge Batlle, no cayeron muy bien entre las autoridades argentinas. Es preciso recordar que la misión técnica del FMI, a cargo del británico John Thorton, se halla monitoreando –en la Argentina- los números de la economía real. La ansiedad del Jefe de Estado Duhalde lo va carcomiendo porque el 17 de julio próximo vence el pago de 2 mil millones de dólares de intereses de la deuda externa y si el acuerdo con el organismo de crédito no llega, el país entrará en cesación de pagos. Default que podría llegar hasta un posible embargo de mercancías exportadas.
Ahora bien, si la gestión duhaldista cumplió con todas las exigencias del FMI, ¿por qué el organismo de crédito mueve el arco para que el balón no ingrese? Lo que espera el Fondo es que Duhalde fije el cronograma electoral anticipando –para este año- las elecciones previstas para setiembre 2003, puesto que el Ejecutivo argentino no cuenta con la legitimidad del voto popular que sus pares brasileño y uruguayo exhiben con orgullo.
Alberto Bastia
EL RESPALDO DEL FMI A SUS VECINOS DESPERTÓ RESQUEMORES EN EL GOBIERNO ARGENTINO
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