Representantes políticos adversos al Gobierno consideran que la designación del actual ministro de Defensa, José Vicente Rangel en la Vicepresidencia de la República es una clara muestra de que no existe voluntad para la rectificación por parte del Ejecutivo.
Fracasado el golpe de Estado, los opositores a Chávez siguen buscando una salida institucional que logre terminar su mandato.
Aun cuando las opiniones confluyen en que la solución debe incluir la consulta popular, aún no terminan de ponerse de acuerdo en la manera en que debe hacerse, ante el temor que el Presidente nuevamente pueda arrastrar a las grandes mayorías a su favor.
Hasta hace algunos días, la oposición estaba unida en la propuesta de impulsar un referéndum consultivo, pero al señalar Chávez que no acepta esta iniciativa, ha surgido otra propuesta: la enmienda constitucional para acortar el período presidencial.
«Este Presidente de facto anunció cambios profundos en la estructura gubernamental y nos sorprendió con un enroque ministerial que no demuestra voluntad de rectificación», dijo rafael Marín, secretario general de Acción Democrática.
«El llamado a diálogo nos parece un circo que busca tomar un segundo aire y recomponer fuerzas para arremeter contra los factores de oposición», añadió.
Julio Borges, coordinador nacional del derechista Primero Justicia, explicó que «como el Gobierno insiste en cerrarse a un referéndum consultivo, proponemos al país buscar otra salida, la cual está contemplada en el artículo 341 de la Constitución».
Este artículo prevé la recolección las firmas del 15 por ciento de la población votante para enmendar la Constitución, acortar el período presidencial y convocar a elecciones sin tener que depender de la Asamblea Nacional ni de la voluntad de Chávez.
La idea es proponer reformar la Constitución acortando el período de todos los Poderes Públicos y, por esta vía, forzar elecciones para todas las instancias.
Según la Constitución «el Poder Electoral someterá a referendo las enmiendas a los treinta días siguientes a su recepción formal».
Los proponentes alegan que, de contar con el respaldo necesario, se estaría hablando de entre ocho y diez meses para consumar el cambio, eso sí, trabajando en paralelo en designar un árbitro confiable, lo que llevaría también su tiempo.
Esta propuesta cuenta con el apoyo de la fracción opositora del Movimiento al Socialismo (MAS) y de Proyecto Venezuela que lidera el ex candidato presidencial Henrique Salas Romer, partido que apoya las dos vías, por considerar que no son incompatibles.
Acción Democrática y Unión, movimiento cuyo líder es el también ex candidato presidencial Francisco Arias Cárdenas, siguen insistiendo en el referéndum consultivo, pero no descartan estudiar la idea de Primero Justicia.
De acuerdo con el matutino El Nacional, todos los representantes políticos de la oposición están conscientes de la necesidad de aglutinar todos los esfuerzos en una misma ruta.
Añade que lo que sí queda claro para la oposición es que, sea cual sea la vía, la salida del gobierno debe ser este mismo año.
Luis Manuel Esculpi, secretario general de Unión, dijo que seguirán «insistiendo en el referéndum consultivo», y con respecto a la otra propuesta habría que analizarla para lograr consenso con los demás sectores».
Leopoldo Puchi, secretario general del MAS, indicó que la designación de Rangel en la vicepresidencia no es un gesto hacia el país, sino una maniobra del Presidente para tratar de resolver su crisis interna.
«El enroque es una prueba de que Chávez en realidad no gobierna. En Venezuela no hay Presidente, sino un individuo que cree que puede seguir maniobrando para aferrarse al poder mientras el país se cae en pedazos», añadió quien fuera ministro de Trabajo de este gobierno.
Antonio Ledezma, presidente de Alianza Bravo Pueblo, aseveró que «no hay que cerrarse a ninguna vía ni abrazar dogmas’ en materia de cuál sea el camino más recomendable para resolver el problema del relevo de poder.
Ledezma mantiene en la posición de impulsar el referendo consultivo, pues si bien tiene el inconveniente de que sus resultados no son vinculantes, cree que «sí tiene fortaleza moral’ que puede obligar al mandatario nacional a renunciar, de resultar perdedor.
Aram