Molina Tamayo, quien fue jefe de la Casa Militar del breve gobierno de facto de Pedro Carmona Estanga y nexo con el Departamento de Estado norteamericano, prefirió huir y pedir asilo en una embajada, en lugar de honrar su uniforme y dar la cara por sus acciones contra la constitución y las instituciones.
Hugo Carrillo, actual embajador salvadoreño en Costa Rica, detalló a los periodistas que está en Venezuela reuniendo información sobre el caso de Molina Tamayo, cuyo pedido de asilo político está siendo actualmente estudiado por el gobierno del país centroamericano.
El líder de la misión especial salvadoreña reveló, en declaraciones dadas en la Cancillería venezolana, que la entrevista con Dávila fue «cordial y amplia», sin agregar más detalles.
Señaló que «no hay un plazo» determinado de tiempo en el cual su gobierno deba pronunciarse sobre este pedido de asilo.
«Cuando se manejen todos los elementos de juicio se tomará la decisión, está fuera de mi alcance la evaluación, eso lo hará el Gobierno de El Salvador», dijo Carrillo.
Reveló que posiblemente hoy la Cancillería venezolana emita un comunicado informando sobre el caso de Molina, quien el pasado sábado escapó de su residencia, donde permanecía bajo arresto domiciliario desde el 17 de abril.
Carrillo permanecerá en Venezuela hasta mañana, jueves, cuando partirá a El Salvador, donde el viernes presentará un informe de su misión.
Molina se encontraba detenido por estar involucrado en el golpe cívico-militar que derrocó temporalmente al presidente venezolano, Hugo Chávez, seis días antes.
El militar retirado pidió «protección» en la residencia de la encargada de negocios de El Salvador en Caracas, Ana Leonor Palomo de Canosa.
El ministro venezolano de Relaciones Exteriores señaló que Venezuela es «respetuosa de los convenios internacionales» y que «evaluará» esta nueva situación, basado en los «tratados internacionales y de la Constitución Bolivariana, que consagra el derecho de asilo».
El abogado del militar, Carlos Bastidas, señaló que Molina pidió «asilo» porque su vida «estaba amenazada» en Venezuela, y porque «se le ha dado trato procesal discriminatorio respecto a los otros militares en activo», que son investigados por su participación en el golpe.
Bastidas afirmó que, de permanecer en Venezuela, Molina sería sometido «exactamente al mismo tratamiento» que se le dio a Pedro Carmona».
Carmona es el presidente del fugaz gobierno transitorio que se instaló tras la sublevación, que se encuentra prófugo de la justicia local venezolana, y quien hoy voló a Colombia, país que le concedió asilo diplomático.
Aram