Mientras los presidentes de la Confederación de Trabajadores de Venezuela y de la empresarial Fedecámaras –que financia la paralización-, Carlos Ortega y Pedro Carmona Estanga, amenazaban con nuevas medidas –incluída la desobedicencia civil y la rebelión-, la ministra del Trabajo, María Cristina Iglesias, adviritió a la población que no se deje llevar por falsos rumores en relación con un hipotético decreto de estado de excepción y suspensión de garantías. Indicó que a pesar que el gobierno ha previsto todos los escenarios, actualmente «no estamos ni siquiera en estado de alerta».
Agregó que todos los servicios públicos, como electricidad y agua potable, están garantizados; las empresas básicas trabajando y el transporte de alimentos funciona con absoluta normalidad por lo que los costos de la paralización deberán ser asumidos por el sector privado porque el público no se ha parado y no hay perjuicio para la economía nacional.
«Yo le hago un llamado responsable a los irresponsables que son los generadores de esta situación que, por favor, dejen a Venezuela salir adelante. El pueblo hoy los derrotó», señaló.
“La situación de absoluta normalidad que reina en el territorio nacional no amerita decretar Estado de Emergencia alguno ni situación de emergencia. La industria petrolera está operando con normalidad . La situación en todo el interior del país es de tranquilidad, la crisis es fundamentalmente mediática, porque mucha gente está consciente de ello y salió a trabajar tranquilamente: lo pudimos observar y constatar”, dijo el ministro de Defensa, José Vicente Rangel.
El vicepresidente Diosdado Cabello, se reunió con los directivos de las televisoras del país y a su salida corroboró la tesis oficial que sostiene que todo está normal en Venezuela porque “nosotros insistimos que hay calma porque no hemos tenido en ningún momento que reprimir”.
El ministro del Interior, Ramón Rodríguez Chacín descalificó la acción de las dirigencias sindical, empresarial y del partido Acción Democrática, lo que llamó “la tripartita de la conspiración”, que buscan una escalada de violencia “para hacerse las víctimas” y reseñó que en el allanamiento que practicaron en la madrugada del miércoles a la sede de Acción Democrática en el caraqueño barrio de El Paraíso encontraron bombas molotov y niples.
Por el lado de la oposición, la CTV, Fedecámaras, organizaciones políticas opositoras, algunas ONG, directivos de medios de comunicación y la Iglesia se reunieron para analizar la «dinámica preocupante» que ha tomado la situación.
Para seguir con sus especulaciones, el presidente de la central empresarial Fedecámaras, Pedro Carmona, dijo que el paro continuaba con éxito e hizo un nuevo llamado al golpe al instar a la »oficialidad digna de las Fuerzas Armadas para que tome conciencia en un momento tan determinante de la historia de Venezuela de lo que está en juego que es la democracia y el régimen de libertades».
Aram