La ausencia de Aznar en Johanesburgo, al igual que la de George W. Bush, manifiesta el nulo interés del gobierno del PP por la
degradación del medio ambiente y la pobreza que afecta a la mayor parte de los países en desarrollo. Al frente de la delegación
española está Jaume Matas, ministro de Medio Ambiente y directo responsable de la desastrosa preparación de la Cumbre.
Gracias al gobierno de Aznar la población española desconocía hasta hace unos días todo lo relacionado con la Cumbre. La ayuda
española al desarrollo apenas llega al 0,2 del PIB y en parte la canalizan ONG ligadas al PP o al Opus Dei.
Además la gestión de Aznar, y de su ministro Jaume Matas, se ha caracterizado por la ausencia total de diálogo con la sociedad civil
(nunca ha reunido el Consejo Asesor de Medio Ambiente) y el resto de las fuerzas políticas, excluyendo a las ONG y a los sindicatos de
la delegación oficial, al contrario de lo que pasó en Río en 1992.
El gobierno ni siquiera ha aprobado la Estrategia Española para Conservación y el Uso Sostenible de la Diversidad Biológica y los 12
planes sectoriales previstos, ni ha elaborado la Estrategia Española de Uso Sostenible. Tampoco ha aprobado la Estrategia Forestal
Española, y la oposición a la llamada «ecotasa turística» en Baleares manifiesta claramente su talante desarrollista y opuesto a la
sostenibilidad ambiental, y no hay que olvidar que el nombramiento de Jaume Matas responde al interés del PP en recuperar el gobierno
balear, promocionando la figura de su candidato, además de librarle de varios procesos judiciales, aunque Jaume Matas ni sabe de medio
ambiente ni tiene interés en protegerlo.
España ya ha ratificado el Protocolo de Kioto, pero sin embargo las emisiones de gases de invernadero han aumentado un 33,7% entre
1990 y 2000. El gobierno español, como demuestra el aumento de las emisiones, no tiene ningún plan serio para cumplir los compromisos
adquiridos con la firma del Protocolo de Kioto de 1997 y en el seno de la Unión Europea, compromisos que establecen un tope del 15% de
aumento entre 1990 y el 2010.
Los Verdes-Izquierda Verde apostamos por una política real de reducción de las emisiones de gases de invernadero, cumpliendo como
mínimo el Protocolo de Kioto, lo que supone ya reducir las emisiones del año 2001 en un 20% para el año 2010, a través de políticas
reales de promoción de las energías renovables y la eficiencia energética. Nuestro país debe elevar su Ayuda Oficial al Desarrollo al
0,7 del PIB, y el Congreso de los Diputados y los órganos de participación de la sociedad civil deben controlarla, para evitar que el
PP la entregue de forma arbitraria a ONG afines de la derecha y del mismo PP, el Opus Dei y los sectores más conservadores de la
Iglesia Católica, para proyectos de dudosa utilidad.