El presidente venezolano Hugo Chávez, juramentó esta tarde a los dos nuevos ministros del gabinete económico, Tobías Nóbrega en Finanzas y Felipe Pérez en Planificación.
Asimismo a José Vicente Rangel en la Vicepresidencia Ejecutiva, a Diosdado Cabello en el ministerio del Interior y el general en jefe, Lucas Rincón Romero, como titular de la Defensa.
El primero en asumir su compromiso fue Rangel, y acto seguido la juramentación fue colectiva para Cabello, Rincón, Felipe Pérez y Tobías Nóbrega.
Cabello tomó la palabra para hacer un balance de su gestión por cuatro meses en la Vicepresidencia y agradeció al presidente Chávez por darle esa oportunidad, «estos cuatro meses estarán en la historia de Venezuela y no se borrarán nunca», refirió.
«Sin menospreciar a ningún otro venezolano, Rangel tiene todos los méritos para ejercer este cargo. Sabrá aprovechar esta oportunidad que nos pone la vida en bandeja de plata», añadió.
El nuevo ministro de Interior ratificó su voluntad de adelantar un plan de desarme civil a nivel general y señaló que se abrirá un período de consulta de dos a tres semanas para recibir las sugerencias al respecto.
También apeló a la unión de todos los venezolanos, y señaló que «hay que hacer un alto y el gobierno ha dado muestras claras de querer un diálogo nacional abierto y sin excepciones. Criticar por criticar es muy fácil, vamos a aportar ideas», concluyó.
Cabello insistió en que la única arma que reciben los círculos bolivarianos es la Constitución, y subrayó que más allá de hablar de un desarme de estas organizaciones se debe buscar el respaldo de la sociedad para lograr un plan creíble de pacificación.
Cabello manifestó que la Fuerza Armada y el Ministerio de la Defensa se encuentran investigando la situación sobre la compra de armas por parte de civiles, las que fuera utilizadas durante el golpe de estado del 11-12 de abril último.
Con relación a la presencia de francotiradores en la azotea del Ministerio de Relaciones Exteriores durante los enfrentamientos del 11 de abril, Cabello señaló que »al igual que había cámaras de televisión en un sitio donde en teoría no puede haber nada, había francotiradores».
A los nuevos ministros, Chávez les dijo: «Están recibiendo ámbitos donde hay mucho trabajo que emprender, muchísimas tareas, muchísimo liderazgo, muchísimo horizonte que despejar».
Refiriéndose a Pérez y Nóbrega, comentó: «Vamos a darle la bienvenida a estos dos compatriotas que vienen de cumplir diversas tareas de pensamiento y acción, que vienen con un arma que es el conocimiento y el prestigio a un equipo que ha venido batallando».
Chávez rechazó las críticas hechas a su gabinete donde se señala que no ha estado a la altura de las exigencias del proceso político: «hay que responderles están equivocados», sentenció.
Insistió el presidente que parte de la batalla que han librado desde el gobierno tiene que ver con los grupos conspiradores, y allí apeló a su argumento para explicar lo sucedido el 11 de abril.
Según Chávez «esa fue una crisis inducida, causas naturales para que aquí haya ocurrido lo que ocurrido, no han existido esas causas naturales».
Rechazó que se compare el 11-A con el 27 de febrero de 1989, pues «allí si habían causas, un gobierno que le había dado la espalda al pueblo. (…) El 11 de abril estuvo el pueblo por millones defendiendo su gobierno y su democracia. Hemos reinstalado el respeto por la democracia», dijo.
Chávez denunció una campaña para desprestigiar a los Poderes Públicos. El mandatario hizo un llamado a los diversos sectores de la sociedad civil «para que terminen de asumir que hay una Constitución y que todos los cambios posibles están previstos en ella».
Señaló que considera válido que exista un grupo de venezolanos que se oponen a su mandato, ya que a su juicio- «nunca un presidente tiene el reconocimiento del 100 por ciento de la población».
Sin embargo, aclaró que «ese porcentaje que está en desacuerdo deben aceptar la Constitución», por lo cual recomendó a sus opositores que «comiencen a prepararse para la posibilidad de un referéndum revocatorio (…) A partir del 10 de enero del 2004 se abre la posibilidad de que yo me vaya a las duchas», afirmó.
Por su parte, el nuevo Vicepresidente expresó que la única salida para resolver los problemas del país es el diálogo. Destacó que aceptó el cargo porque cree en el llamado de Chávez y aseguró que en este proceso no quedará nadie por fuera.
Rangel también se refirió a los hechos ocurridos en el país entre el 11 y 14 de abril y exigió a las autoridades judiciales establecer responsabilidades, indiferentemente de quien resulte afectado.
Aram
