El paro del martes no logró ser más que mediático –radios, televisoras y diarios están en bloque contra el gobierno-, aunque las calles caraqueñas estuvieron muy transitables, más allá de algunos enfrentamientos en pleno centro. Fue un verdadero lock out más que una huelga laboral: un paro político, donde los patronos financiaron a los trabajadores para que pararan el país. No fue un paro contra un programa económico ni a favor de reivindicaciones laborales. Como señalábamos ayer –y reconocieron los dirigentes opositores- se trata de crear un clima de eventual ingobernabilidad que termine “por las buenas o por las malas” con el gobierno de Hugo Chávez, y de sabotear la industria petrolera venezolana para que ésta sea privatizada, al igual que lo fuera YPF en Argentina.
El presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, Carlos Ortega, manifestó que la posición asumida por la máxima organización sindical, de prolongar por 24 horas más el paro, viene dada por la “posición agresiva e intolerante asumida por el gobierno” del presidente Hugo Chávez. Ortega señaló que después de cumplidas las próximas 24 horas de paro volverán a analizar la situación para determinar las acciones a seguir. Dijo que no se descarta, debido a »la actitud del gobierno», que esta acción de protesta pueda convertirse en una huelga general.
El presidente de la CTV también se refirió a la constantes cadenas del ejecutivo nacional. Exhortó a los medios de comunicación televisivos para que «ante este uso y abuso del poder» tomen una decisión: la desobediencia civil. Indudablemente que eso no podemos descartarlo. La desobediencia civil no solamente en relación a los medios de comunicación, sino al resto de la sociedad democrática venezolana frente a esta serie de agresiones que somos objetos en los actuales momentos», dijo Ortega.
El vicepresidente de la República, Diosdado Cabello, se pronunció en contra de las acciones que han tomado algunas televisoras al transmitir paralelamente cadenas oficiales y declaraciones en el marco del conflicto en Petróleos de Venezuela (Pdvsa). Al respecto, advirtió que “no vamos a caer en provocaciones. “Quisiera ver una muestra de verdadera dignidad de los dueños de los medios de comunicación y que renuncien a la concesión (de Radio y TV). Esta es una posición mediática (la de los medios) pero que renuncien a la concesión porque no la quieren”.
Cabello denunció que los canales de televisión están violentando la Ley de Telecomunicaciones, pues –explicó- “cuando se transmite una señal en cadena ésta no puede sufrir ningún tipo de distorsión. La legislación venezolana es bien clara. No vamos a caer en provocaciones”.
“Las sanciones están bien claras”, recalcó y recordó que el Ejecutivo tiene la potestad de ordenar la transmisión de cadenas presidenciales sin el riesgo a ser sometidas a modificación o censura “que es quizá lo que quieren hacer”, estimó.
El paro en sí
La excusa del paro apreció ser la esgrimida por la televisión por el economista ultraliberal Emeterio Gómez: “todo sirve para salvar al país del comunismo”. La otra, la designación de una junta directiva en la estatal Petróleos de Venezuela, que no era del agrado de la alta gerencia. Pero luego de tres semanas de diálogos, los tecnócratas-millonarios de Pdvsa se envalentonaron y creyeron que podían seguir manejando la empresa de todos los venezolanos, hasta que comenzaron los despidos, lo que obligó a la CTV a declarar el paro.
Las fuerzas de la oposición se concentraron en torno al llamado al paro de 24 horas convocado por la Confederación de Traajadores de Venezuela, cuyo éxito dependía del apoyo y financiamiento de la central empresarial Fedecámaras, pese a que apenas 15% de los sindicatos del sector privado están afiliados a esa central. Por eso era vital la ayuda de los patronos. Terminaron las indecisiones que había en las dirigencias sindical y empresarial que habían anunciado una varias veces postergada huelga general indefinida con la agudización del conflicto en Pdvsa. Pero hete aquí el primer resbalón: los trabajadores petroleros no acataron el paro y sus dirigentes gremiales instaron a presentarse a trabajar.
»Yo le quiero dar las gracias a todos los trabajadores venezolanos porque la inmensa mayoría no se ha dejado manipular por estas cúpulas de la CTV que son, además, ilegítimas», comentó el presidente Hugo Chávez, desde la populosa parroquia caraqueña de Catia, donde lo esperaba un grupo de simpatizantes.
Chávez responsabilizó al partido opositor Acción Democrática de los hechos de violencia que se registraron en la mañana en las inmediaciones de la Asamblea Nacional. »Como sienten que el paro fracasó, están tratando de crear hechos de violencia y decir que el Gobierno es el responsable, pero los provocadores son las bandas de AD que destrozaron este país», agregó.
El Presidente aseguró que la industria petrolera funciona plenamente en las operaciones de producción, exploración y refinación de crudo. »El metro esta funcionando, el transporte público funcionando, los carros libres, las camioneticas por puesto (microbuses). Allí está Pdvsa funcionando de norte a sur, de este a oeste», acotó.
Mirando directamente las cámaras, Chávez se dirigió a sus adversarios: »Señores de Fedecámaras, ilegítimos de la CTV, aquí está el pueblo, anótenlo en su cuaderno de derrota, en ese cuaderno negro que tienen. A Venezuela no la para nadie».
El presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, Carlos Ortega, aseguró que entre 80 y 82 por ciento de las actividades productivas del país se paralizaron. Llegó a afirmar que el sector petrolero había parado, pero fue apenas un juego de su subconsciente: su propio gremio le dio la espalda. Envalentonado, desde la sede de la central obrera, precisó que »hay el clima necesario para que esta paralización se extienda de 24 a 48 horas», e incluso »a una huelga general».
Mientras, el presidente de los gremios mercantiles (Consecomercio), Julio Brazón, presentó el balance de la paralización de los comercios y servicios a nivel nacional, que promedió, según él, el 89 por ciento, abarcando al sector educación, repuestos automotores, ferretería, farmacias, telecomunicaciones, restaurantes, autolavados, franquicias, estacionamientos y centros comerciales.
También la ministra del Trabajo, María Cristina Iglesias, calificó el paro como fracasado “porque así lo quisieron los trabajadores del país”. Señaló que el éxito hubiera estado en “parar la empresa estratégica del país: Pdvsa, y resulta que los trabajadores acudieron. Incluso desatendiendo ese llamado irresponsable de la nómina mayor”.
Para la ministra resultan como un ejemplo para la nación los trabajadores de Guayana. “Los trabajadores de la electricidad, del aluminio, el acero, del hierro, los transportistas que no dejaron de trasportar a otros trabajadores para que pudieran acudir a sus labores, los taxistas en Caracas y en todo el país. Los autobuses, el metro, todos merecen el reconocimiento de los venezolanos y las venezolanas”.
Aram