El nombre de Trilok Gurtu era habitual hace años en grabaciones de calidad que necesitaban un percusionista con aromas orientales. Pero su fuerza, la vida que pone en cualquier intervención y el color brillante de su música hicieron que de mero acompañante pasase a ser una primera figura en ese campo difuso que marca el cruce de culturas.
La música tradicional india, tanto la del norte del país como la del sur, no se empieza a conocer en occidente hasta principios de los sesenta, aunque no es hasta final de esa década cuando se incorpora al pop a menudo como mero adorno psicodélico. De una manera más seria, es en los años ochenta cuando ese abrazo cultural se convierte en un género con vida propia: un intento de apreciar la música por lo que es, simplemente música, sin abrir primero una ficha para saber el género o la procedencia. Codona, el grupo del desaparecido Colin Walcott y anteriormente Shakti o Charlie Mariano fueron abriendo el camino. La «world music» otros prefieren llamarla música sin complejos ya se había instalado. Es en este cultivo donde Trilok Gurtu ha venido desarrollando un intenso trabajo que cristalizó a mediados de los ochenta en magníficos discos del grupo norteamericano Oregón, como «Ecotopia» y «45th Parallel».
El directo de Trilok Gurtu es brillante y macizo, un arsenal de sonidos y un impacto visual a los que en esta ocasión se añade una primicia: la presentación del nuevo disco que ha terminado de grabar hace escasas semanas junto al cuarteto que le acompaña y donde una vez más comprobaremos cómo la música se puede trabajar integrando no dividiendo y hacerlo además muy bien.
Trilok Gurtu nace en Bombay en el seno de una familia de músicos. Su madre, la cantante Shobba Gurtu, ha colaborado con una soberbia voz en algunos de los discos de su hijo, («Usfret», muy recomendable). Después de unos comienzos acompañando a Charlie Mariano y Don Cherry en busca de un jazz abierto y poco ortodoxo se hace cargo en 1984 de las percusiones en Oregón, el grupo de Ralph Towner, en donde permanece cuatro años, y el mismo espacio de tiempo en el trío de John McLaughlin. Thomas de Hartmann, Barre Philliphs, Terje Rypdal, Pat Metheny, Airto Moreira, Yo Yo Ma, Andy Summers, Larry Coryell, John Garbarek o sus compatriotas Shankar y Zakir Hussain son algunos de los músicos con los que ha tocado este incansable buscador de sonidos. Y aún tiene tiempo para enseñar técnicas de percusión o para atender a uno de sus grupos, The Crazy Saints, mezcla de jazz, rock y música tradicional india.
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