Nunca pudo viabilizar un partido político parlamentario propio (como el laborista británico o el PT brasilero). Es una central única que tuvo sus propias milicias y ministros, exigió la ‘dictadura proletaria’ o impuso el ‘control obrero’. Sus huelgas generales depusieron gobiernos y golpes en 1970, 1978, 1979, 1982 y 2003.
Desde 1985 su convocatoria y base laboral fueron siendo mermadas. Los sucesivos gobiernos le acusaron de ser un obstáculo para la modernización o el libre mercado. Mas, tras haber producido la caída del presidente Sánchez de Losada en Octubre 2003 la COB se siente envalentonada. Si el presidente Mesa no logra contenerla podrá caer o verse obligado a hacer concesiones populistas.
Hoy el ejecutivo de la COB es cuestionado por haber supuestamente integrado los comandos paramilitares de la dictadura de García Meza (1980-82). Algunos utilizan esas acusaciones para tratar de minar la autoridad de la COB indicando que no es la primera vez que ésta hubiese tenido dirigentes ligados a juntas castrenses. Juan Lechín, quien sería el ejecutivo de la COb durante más de un tercio de siglo, fue inicialmente un líder laboral ligado al gobierno militar de Villarroel (1943-46) y luego se involucró con el golpe del general barrientos que depuso al presidente constitucional Paz Estenssoro en 1964.
Para otros estos ataques tienden a querer amedrentar a la COB en momentos en los cuales va aglutinando fuertes movilizaciones. En todo caso, estos sectores, sostienen que la central obrera puede y tal vez requiera de una nueva dirección.
La COB va a dar mucho que hablar en el futuro inmediato. Si la crisis boliviana se agudiza esta puedacabar transformándose en otro poder tan importante como el judicial o el legislativo. Para tratar de coartarla se le podría ofrecer carteras ministeriales o podrían repetirse planteos para empujarla hacia el co-gobierno (tal como pasó en 1952, 1970 y 1982).
Isaac Bigio
Analista Internacional