En medio de una fuerte crisis política y social y con un presidente debil,
el MIP y el MAS podrán cosechar el descontento popular. Nuevas marchas y
bloqueos campesinos son avisoran en el horizonte. El MIP, usando a los
sindicatos campesinos y también al parlamento como caja de resonancia,
buscará hacer que en las comarcas aymaras rurales se vaya gestando una
especie de estado paralelo.
En algunas fuerzas marxistas bolivianas viene cobrando impacto la antigua
tesis de José Stalin y el peruano Eudocio Ravínezs quienes en los 1930s
pedían la formación de estados independientes quechua y aymara. El argumento
que usan es que Lenin proponía el derecho de toda nación a la
autodeterminación. La cuestión está en que los bolcheviques rusos no
promovían abiertamente los desgajamientos de estados pues eran partidarios
de un estado federal centralizado y sólo aceptaban la separación cuando no
podáin presionar a dicha nacionalidad a mantenerse unida.
La división de Bolivia para dar paso a estados indígenas es vista como algo
que ayudaría a minar al capitalismo, pero otros sotienen que implicaría
alentar la balcanización de este país y su conversión en la versión
sudamericana de otro territorio montañoso y mediterráneo (Bosnia).
El MAS, quien sostiene que son el partido más grande que tiene hoy Bolivia,
no busca desemembrar dicha república sino transformarla. Para algunos ésto
sería sinónimo de su reformismo o conciliación con los blancoides. Para
otros implica una propuesta multi-cultural viable dentro de un mundo
capitalista inter-relacionado. Evo Morales podría ser el nuevo Mandela
indígena que buscase eliminar el ‘apartheid’ racial andino. También podría
devenir en la cabeza de una nueva sublevación como la que ocurrió hace 50
años en el altiplano.
Este tipo de movimientos nacionalistas indígenas incidirán sobre otras
regiones del país y de la región. En el caso peruano no existe aún un
partido indígena. Sin embargo, el descontento hacia la élite blancoide llevó
a que en 1990 se votara masivamente por un candidato de tez amarilla y
ancestros orientales. Luego en 2001 el ganador resultó ser un candidato cuye
eje de campaña era decir que los peruanos debían votar por alguien que
tuviese el ‘color de su tierra’ y en sus manifestaciones se coreaba ‘el
chino al Japón y el cholo al sillón’.
Con Perú Posible por primera vez en este país llega un cholo andino a la
presidencia y una aymara de polleras al congreso, sino que se va destapando
elementos de descontento racial.
El hecho que los partidos campesinos se conviertan en la principal oposición
al nuevo gobierno boliviano sumado a la irrupción de movimientos sociales
indígenas en México y Ecuador, va a generar un ambiente propicio para el
desarrollo de nuevos y más contestarios movimientos indígenas en las
Américas. Por el momento el Movimiento Indio Pachakuti es la arista más
punzante, pero ello puede conllevar al desarrollo de nuevas irrupciones
indigenistas.
Isaac Bigio
Analista Internacional