Para los organismos de derechos humanos se trata de crear un precedente para que otros dictadores no puedan retornar al poder (como pasó con Bánzer en Bolivia) o escapen la cárcel (como Fujimori). Los izquierdistas más radicales querrán ahora demandar una purga de la oficialidad y ‘romper con el modelo económico pinochetista’. Para los pinochetistas se trata de una ‘vendetta’ socialista con la que se quiere garantizar la re-elección de la concertación oficialista.
Chile, además, ha resuelto compensar a las víctimas del terror de Estado. Estas medidas repercutirán en toda la región alentando similares peticiones. Cuando Pinochet se escapó de ser extraditado de Londres a Madrid él creyó que se escapaba de la justicia. El actual escenario le es mucho peor. Ahora en lo que él consideraba su santuario (Chile) se le puede sentenciar. No puede aducir ser un mártir de la soberanía nacional y hasta antiguos aliados suyos le dan la espalda.
Isaac Bigio
Analista Internacional