En estos momentos la zona azul de Barcelona es la más cara de España, y desde CEA consideramos injustificado que el conductor barcelonés sufra una nueva medida que, sin lugar a dudas, perjudicará su bolsillo. Consideramos que estamos ante una medida precipitada cuyo único fin parece el recaudatorio, al no haber sido consensuada en el seno del Pacte per la Mobilitat o en el Consell de la Ciutat. Además, no es lógico que los residentes tengan que pagar por estacionar el vehículo donde siempre lo han hecho sin ninguna ventaja nueva, y que pueda perjudicar en gran medida la movilidad, ya que ahora se promueve una continua rotación de coches.
Se trata de una copia del modelo de Madrid, que no ha dado resultado.
Por otra parte el nuevo modelo parece una copia de lo hecho por el Ayuntamiento de Madrid hace unos meses, incluso imitando la creación de la llamada “zona verde”, que no ha dado los resultados anunciados, ya que no ha mejorado ni la movilidad ni la velocidad media del transporte, pero que sí está proporcionando importantes ingresos a las arcas munipales madrileñas. Del mismo modo, se ha argumentado en Barcelona que los ingresos se destinarán a promover medidas en favor de la movilidad, pero éstas no se han concretado.
Por otra parte, es importante recordar que Barcelona adolece de plazas de Guardia Urbano, mientras ahora se propone la creación de plazas de vigilante. No cabe ninguna duda que el aumento de vigilantes conllevará a un incremento correlativo de multas, que proporcionará al Consistorio unos ingresos importantes, preveyendo que no se revertirá su importe en medidas que favorezcan la movilidad o la seguridad vial.
No hay un conjunto de acciones que acompañen y hagan eficaz la nueva medida
Desde CEA apostamos por un uso racional del vehículo privado, lo que redunda en una mejor movilidad y en un medio ambiente más saludable, pero siempre respetando el principio de libertad de elección de los ciudadanos del medio de transporte que deseen, incluyendo, claró está, el automóvil particular. Porque ¿alguien cree que los conductores se meten en los insufribles atascos de los accesos a las ciudades por gusto? Evidentemente no. Y si lo hacen, es debido a que el vehículo privado, en muchas ocasiones, es la menos mala de sus opciones de transporte.
Aparte de ampliar el pago por aparcar en Barcelona, no se anuncian otras medidas de acompañamiento a favor de la movilidad: ¿dónde están los nuevos aparcamientos para bicicletas y motos en el centro de la ciudad?, ¿y el carril bici?, ¿se han reforzado los transportes públicos para asumir la demanda de personas que no podrán usar su vehículo particular?, ¿los nuevos proyectos urbanísticos tienen estudio previo de su impacto en la movilidad?. Entendemos que los responsables públicos municipales deben promover una cultura urbana que no pase únicamente por discriminar al coche, recaudando únicamente, y que propicie el uso de los transportes públicos y alternativos.
Por otra parte, con esta medida el Ayuntamiento de Barcelona parece olvidar que la mayoría de desplazamientos realizados en la zona céntrica de la ciudad condal son por motivos profesionales y, por ejemplo, ¿cuántas plazas de carga y descarga están previstas?
Ante esta medida, desde CEA consideramos que se perjudica al conjunto de automóvilistas de Barcelona, que no se va a lograr el fin que se persigue de favorecer la movilidad, y que debería adoptarse otro tipo de medidas que, en todo caso, tendrían que estar consensuadas con todos los afectados.