Réda y su padre pertenecen a una cultura en la cual la comunicación entre padre e hijo es difícil, pero no imposible. El abismo entre ambos (generacional, cultural y lingüístico) es más grande debido a su estatus de “exiliados” en Francia…
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Hice esta película para imaginar este contacto inevitable que surge a través del viaje. Reda y su padre permanecen en silencio en un coche en una cohabitación forzada de la cual no pueden escapar, viajando a través de locaciones extraordinarias llenas de eventos inesperados, donde ellos pierden sus miedos. Así, se ven forzados a mirarse a sí mismos, alejándose gradualmente de sus roles como padre y como hijo y creciendo a medida que transcurre el viaje.
Su conversación se reduce al mínimo, pero es a través de sus silencios que Reda y su padre más se comunican. En el curso de la travesía y a medida que van conociendo gente, ellos logran entender qué los separa, pero también qué los une.
Le Grand Voyage dramatiza cómo Reda y su padre pasan de una relación de indiferencia y hostilidad a una de mutuo reconocimiento y reconciliación.
Ismaël Ferroukhi
ENTREVISTA CON ISMAËL FERROUKHI
¿Cómo nació el proyecto de LE GRAND VOYAGE? ¿Está ligado a recuerdos personales?
Hacía unos diez años que este proyecto me rondaba por la cabeza. Resulta que mi padre, cuando yo era pequeño, hizo este viaje en coche y ese loco periplo me hizo fantasear. Me dije que un día tendría que contar esa aventura tan insensata.
¿Qué es lo que le interesaba en esta historia?
Este viaje a La Meca era un pretexto ideal para encerrar a dos personajes totalmente opuestos –aunque padre e hijo- en un coche y forzarles a comunicarse. En el día a día, este enfrentamiento no se hubiera producido, puesto que se pasaban la vida evitándose. En el contexto del viaje, los dos personajes ya no se pueden evitar – no pueden huir del enfrentamiento. Aquí, no valen trampas .
Por otro lado, tenía ganas de contar una historia humana sobre dos protagonistas musulmanes para que la gente deje de transmitir tópicos sobre una comunidad básicamente pacífica y tolerante. Quería realmente “rehumanizar” una comunidad con la reputación manchada por una minoría extrema que utiliza la religión con fines políticos…
Sus dos personajes se encuentran frente a una falsa “integración”. Réda está atenazado entre sus raíces y su identidad francesa, y el padre, que parece no dominar el idioma…
Absolutamente. Para Réda, integrarse es ante todo rechazar sus orígenes o al menos guardar las distancias con ellos. Para el padre, las cosas son diferentes porque habla perfectamente francés, pero se niega a comunicarse en francés, precisamente por la actitud de su hijo. Negarse a hablar francés significa para el padre, instaurar un sistema destinado a atraer a Réda hacia él, a colmar un vacío que le resulta flagrante.
¿Cuál es su opinión sobre la tradición de la peregrinación a La Meca?
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Para mí, la peregrinación no se limita a ser una “peregrinación a La Meca”: la peregrinación comienza el día en que uno se va de su casa para emprender el viaje. El viaje forma parte integrante de la peregrinación. Cuando el padre explica porque se va en coche, comprendemos que para él es esencial sentir físicamente las dificultades ligadas al viaje. Es el desenlace de su fe. Únicamente un periplo en coche –donde cada instante cuenta- le permite cumplir su camino interior.
Aunque la película pueda parecer una “road-movie”, se trata ante todo de una puerta cerrada en movimiento…
Para mí, hay dos viajes. Primero, un viaje interior que explora las relaciones entre los dos personajes. Después, un viaje “físico” que es una verdadera aventura, con sus obstáculos y contratiempos –y precisamente son estos obstáculos los que acercan a Reda y a su padre. Es este viaje físico el que permite que progrese el viaje interior.
Este periplo también es un viaje iniciativo, para el hijo como para el padre. De hecho al final, el padre reconoce “Este viaje me ha enseñado mucho” – “a mi también” responde el hijo.
Cada uno de los personajes aprenden muchísimo. No quería dar la impresión de que sólo Réda descubre su cultura. Para mí, el padre y el hijo son como dos puntos que terminan por encontrarse. Se trata pues de un viaje iniciativo para Réda, pero también para su padre. De hecho, la evolución que experimenta el padre forma parte integrante de la peregrinación. Más allá, deseaba dirigirme tanto a los jóvenes procedentes de la inmigración, como a los musulmanes de más edad, que llegaron a Francia hace mucho tiempo.
Vd. da pocas informaciones, sociales o psicológicas, sobre los personajes –lo que les aísla todavía un poco más…
Quería romper todas las referencias, eliminar todo lo que pudiera unir a los personajes con un contexto, para que la película fuera lo más internacional posible. De todos modos, podemos suponer que el padre está sin duda jubilado y que ha sido obrero –le escuchamos de hecho contar a los otros peregrinos que está en Francia desde hace treinta años… Pero son sólo algunos fragmentos de información que no acaban de encerrarles en un contexto preciso. Ante todo, lo que quiero es que se les considere como a dos seres humanos expuestos a la relación padre/hijo y a un conflicto de orden espiritual –sin que sus orígenes marroquíes o musulmanes prevalezcan sobre el resto.
Nunca juzga a los personajes: cada uno actúa según sus propias motivaciones, sin que haya el mínimo juicio “moral” sobre ellos.
Lo que no quería era tomar partido por uno u otro. Cada uno tiene una postura que se defiende. Me prohibí juzgar sus comportamientos y sobre todo presté mucha atención en que tal o tal plano no dijera más que el otro. He buscado instaurar una distancia en los personajes durante toda la película.
¿Cuál es su opinión sobre el personaje de Mustapha? Da la impresión de que tiene el papel de intermediario entre padre e hijo.
Aparece en un momento en el que Réda y su padre han empezado a acercarse un poco y quebranta esta nueva proximidad. Sin embargo, curiosamente termina teniendo un efecto positivo en su relación. Mustapha es un personaje perdido entre dos culturas, un poco como Réda. Cuando conoce a los dos protagonistas, se engancha a ellos porque se siente próximo a ellos –él tambíen ha vivido mucho tiempo en Francia- y tiene la impresión de haber encontrado una familia.
¿Cuál es la función de la anciana que encuentran al borde de la carretera?
Es una aparición fantasmal, casi espectral. Para mí, representa una amenaza permanente que pesa sobre el viaje –y que también forma parte del mismo. Tiene un lado irreal que la acerca al mundo espiritual del padre –el cual la comprende- sin embargo, a Réda le parece una loca y una bruja.
Cuando padre e hijo se encuentran en Oriente Próximo, sus relaciones se invierten: el padre conoce los códigos y el idioma, y el hijo está totalmente perdido.
Réda ya no le puede decir a su padre “¡Tú no sabes leer!”, como la hacía antes. Él es quien está completamente fuera de circuito: descubre un mundo del que no sabe nada, mientras que su padre se encuentra muy a gusto.
¿Me puede hablar de la música?
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Buscaba a alguien que tuviera muchas ganas de trabajar en esta película, a pesar de la ausencia de medios. Cuando Fowzi Guerdjou, el compositor, vio la película, la historia le tocó mucho y enseguida decidió trabajar para nosotros. A partir de ahí, charlamos mucho pues yo quería que él compusiera una verdadera música de película. En realidad, nos entendimos muy deprisa, y supo escribir una partitura que casa con las imágenes, sin nunca sustituirlas. Lo más gracioso es que el tema principal le vino espontáneamente, a la primera –lo que representaba mi propia concepción de la película, instintiva y nunca cerebral.
¿Cómo eligió a los actores?
Cuando empecé a escribir el guión, hace unos seis años, Cédric Kahn me habló de Nicolas Cazalé –al cual le había hecho un casting para ROBERTO SUCCO- y me dijo que se correspondía perfectamente con el personaje de Réda. Visioné los ensayos que Nicolas había hecho para esa película y comprendí que Cédric tenía toda la razón. Pero como tardé cinco años en montar la película, me dio miedo que al haber envejecido, ya no me sirviera para el papel. Entonces hice un casting, sabiendo en el fondo de mi mismo que el papel era para Nicolas.
¿Es la primera vez que se rueda en la Meca?
En efecto. ¡Además, nosotros hemos rodado durante la peregrinación! Pero ha sido muy complicado, ya que la autorización que había concedido la Embajada de Arabia Saudita, no tenía mucho valor sobre el terreno… Los responsables vocales están acostumbrados a equipos de televisión que ruedan en muy poco tiempo planos estandarizados – y no a un equipo de cine que tiene la necesidad de rodar dos o tres veces la misma secuencia.
¿Han tenido Vds. otras dificultades?
En Serbia, por ejemplo, hemos tenido que respetar el toque de queda, en consecuencia del asesinato del Primer Ministro. En Oriente Próximo, la guerra en Irak acababa de comenzar… y también en Turquía, nos costó mucho obtener la autorización de rodaje en la Mezquita Azul, o en la frontera entre Bulgaria y Turquía: por suerte, nuestros coproductores turcos nos ayudaron. Y se han producido además algunos milagros. Por ejemplo, debíamos rodar una escena en Bulgaria que debía realizarse sobre la nieve, según el guión. Como yo sabía que no había nieve, volví a escribir la escena cambiando la nieve por lluvia. Pero la misma noche de nuestra llegada a Bulgaria, se puso a nevar a grandes copos, y a la mañana siguiente, el paisaje era todo blanco, ¡recubierto por dos metros de nieve! Se pudo rodar la escena exactamente como yo la había imaginado…
¿Cuál ha sido su reacción cuando se le ha entregado el León a la Mejor Opera Prima en la Mostra de Venecia?
Fue un momento a la vez mágico y emocionante. Cuando se gana un premio tan prestigioso después de cinco años de batallar para crear una película, no puede uno más que volverse loco de felicidad. Este premio me ha llenado de esperanza.
¿Fue totalmente inesperado?
Si, totalmente. Después de la proyección de la película en Venecia, que tuvo una acogida formidable, volví a París. Y cuando me llamaron la víspera de la entrega de premios, no lo creí durante un buen rato. Fue realmente mágico. Fui el más feliz de los hombres la noche que precedió a la ceremonia de entrega de premios. Yo quisiera compartir el premio con todo el equipo que ha participado en la película, especialmente con Nicolas Cazalé y Mohamed Majd.