Actualmente, y desde que se celebró en 1992 la famosa exposición Post Human en el Museo de Arte Contemporáneo de Lausana, toda una serie de jóvenes artistas se encuentra trabajando en estos dominios del nuevo arte corporal, a lo largo y a lo ancho del circuito internacional, tratando de recuperar culturalmente el cuerpo humano, restableciéndolo en su unidad perdida de cuerpo-mente, y en sus valores simbólicos y morales.
Todo ello, toda esta nueva dimensión plástica y conceptual que ahora han cobrado las imágenes del arte referidas a la corporalidad, ha estimulado a la Obra Social Caja Madrid a producir este proyecto expositivo, El cuerpo. Conceptos y representaciones, enmarcándolo dentro de un ciclo sobre “Los Géneros”.
La reivindicación de los valores del cuerpo es una de las claves de nuestro tiempo. Vivimos un tiempo del cuerpo, una época en que las experiencias corporales, las imágenes del cuerpo y los objetos relacionados con lo corporal ocupan una situación privilegiada en todos los dominios de la vida. El arte y la cultura tratan de recuperar la unidad “cuerpo” – “mente”, el carácter de identidad implícito en el
cuerpo, su función simbólica, su halo imaginario y su significación social y moral.
El nuevo arte corporal, surgido hacia 1990, constituye un movimiento original, distanciado de los ritos del body-art. En este nuevo arte, según señaló Jeffre y Deitch, comisario de la famosa exposición Post Human (Museo de Arte Contemporáneo de Lausana, 1992), el cuerpo ha adoptado una nueva concepción del “yo ” al entrar en la lógica de la cultura posthumana, según la cual los avances tecnológicos facilitarán en un futuro no lejano la posibilidad de “reinventarnos” a nosotros mismos, facultando “una transformación de nuestro cuerpo que será, a la vez, una transformación de nuestra psique”.
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La Exposición El cuerpo. Conceptos y representaciones es un ensayo visual sobre una temática de actualidad candente, integrado por nueve propuestas de artistas españoles emergentes, los cuales –siguiendo las pautas adoptadas en los programas de Arte Joven de la Obra Social Caja Madrid– no superan la edad de treinta y seis años. Seis de estas propuestas son obras de autores individuales: Mariela Cádiz, Salvador Cidrás, Germán Gómez González, Javier Núñez Gasco, David Rodríguez y David Trullo; y las otras tres son realizaciones de otros tantos colectivos: El Perro (que integran Pablo España, Iván López y Ramón Mateos), La Cabeza Caliente (Javier Aristi y David Fernández) y Behold (Pablo Castro, Alex Gutwil, Miren Mancisidor y Cristina Mayordomo).
Al hilo de la participación de estos tres grupos en el proyecto, merece la pena subrayar cómo estamos viviendo un tiempo de auge de las firmas conjuntas y de los colectivos de artistas visuales, quizás debido al carácter interdisciplinar de sus realizaciones, así como a la responsabilidad y ambición de sus propuestas.
Asimismo, como aspectos característicos del conjunto de estas prácticas cabe destacar la relevancia que en ellas tienen la tecnología y la imagen, consideradas por muchos como “los grandes pilares que sustentan la cultura contemporánea”. Efectivamente, el universo creativo ha debido asumir –y, a la vez, se ha enriquecido extraordinariamente con ello– tanto las nuevas realidades que ha traído consigo la revolución tecnológica, los códigos imperiosos de las imágenes que aportan el cine, la publicidad, la televisión y los medios de comunicación masiva. De ahí, el predominio que en la exposición El cuerpo. Conceptos y representaciones tienen las denominadas “moving pictures”, o “imágenes en movimiento”, especialmente la fotografía, las video instalaciones, determinados elementos visuales, temporales y acústicos tomados en préstamo del cine, así como el diseño publicitario, el diseño de moda y el arte digital.
Estas nuevas tecnologías y esta peculiar irrupción de la imagen están produciendo un cambio relevante en los paradigmas de nuestra cultura visual, al tiempo que están imponiendo sus exigencias no sólo a los artistas, sino también a los espectadores, llevándonos a todos hacia una manera de “mirar” y de “percibir” diferente, así como hacia una revisión a fondo de la materialidad de la obra de arte y de sus criterios de originalidad y de unicidad. Nos encontramos, pues, ante un arte joven que está postulando del espectador un comportamiento cada vez más decididamente interactivo y más crítico.
Detalle de la obra de los expositores:
En el plano conceptual, la exposición presenta tres nociones básicas: las del cuerpo como sujeto, como objeto y como principio de alteridad. En la video instalación Doble vida, de David Trullo, el cuerpo del propio artista, encerrado y desnudo en el cuarto de baño de un hotel, se afirma como “lugar” de experiencias íntimas y como “misterio de subjetividad”.
A su vez, los retratos fotográficos de la serie Compuestos, de Germán Gómez González, presentan la dimensión del cuerpo como objeto, como realidad externa que el artista contempla, estudia, manipula, altera y recompone, dándole una identidad cambiante, nómada: la de “un cuerpo ligado a otros cuerpos”. Una tercera dimensión ontológica, la de la alteridad, la de “el cuerpo como clave de relación entre cuerpos”, aparece en la instalación escultórica Quiero ser como tú, de Salvador Cidrás. Aquí una serie de cascos de moteros (metáfora de cabezas) establecen diferentes situaciones de interrelación: choque, proximidad, intimidad, indiferencia…, al tiempo que expresan la dificultad de reafirmar la identidad que experimentan los adolescentes.
En lo referente a las representaciones del cuerpo en espacios diversos, el arte corporal atiende la observación del filósofo Merlau – Pont y de que las relaciones del cuerpo con el espacio “no son las de un sujeto desencarnado con un objeto distante, sino las de un habitante del espacio con su medio familiar”. Esta relación íntima entre el cuerpo humano y la experiencia del espacio, por parte del propio cuerpo así como por parte del artista -cuyo trabajo es siempre el de sensibilizar espacios-, esta relación se complica en el arte corporal, al convertirse el cuerpo en “lugar” del arte, especialmente “performándose”. Se producen, así, muchas veces, representaciones de carácter compuesto.
Una representación de condición bastante pura o “simple” (la que proporciona la linealidad y punteado del dibujo) es la que el colectivo La Cabeza Caliente plasma en sus diseños de Cuerpo(s) extraño(s), cuya agresividad entre pop y grafittera no empaña la excelencia y ortodoxia de su representación dibujística.
En cambio, la propuesta del escultor y bailarín/performer David Rodríguez Gimeno, su máquina de desplazamiento pendular del cuerpo, titulada “…ph…”, péndulo histórico, aunque arranca de una proyección escultórica de la energía corporal sobre el espacio circundante, se “expande” y se “complica” de inmediato a través de una actuación personal, de carácter compuesto, performativo.
La instalación audiovisual Espejismo, espejismo, de Mariela Cádiz, constituye una muy diferente “representación compuesta” sobre cuerpos en movimiento proyectados en un espacio virtual, articulando estrategias de diseño publicitario, narrativa cinematográfica e imágenes mediáticas, tratando, además, de incorporar el cuerpo del espectador en la obra.
También resulta compleja la representación que ofrece la instalación Sin título, del colectivo de diseñadores Behold. Esta obra parte del criterio habitual del vestido entendido como “segunda piel”, pero desplaza de inmediato su sentido, haciendo que la vestimenta funcione como sustitutivo del cuerpo. El escaparate de trajes de esta instalación mantiene un claro sentido pop, mientras su video proyección conecta con referentes del cine francés de la ‘nouvelle vague’, y se sitúa entre la mirada de Andy Warhol y el pensamiento de Foucault.
También la implicación del cuerpo del espectador en el espacio de la obra resulta determinante en la instalación Security On Site, del colectivo El Perro. La propuesta ofrece una cabina-refugio contra la inseguridad urbana. Quien penetra en este habitáculo y lo cierra no podrá salir libremente de él. El cuerpo pierde aquí su libertad al tratar de protegerse de la violencia. El carácter sociopolítico del proyecto se reafirma en la encuesta documental que lo acompaña, relativa a empresas españolas de seguridad, así como en el vídeo “de promoción y venta” del prototipo.
Decididamente performativa es la representación de la acción del cuerpo del propio artista en los espacios urbanos dedicados al consumo comunitario del “botellón” que propone Javier Núñez Gasco. En su videoinstalación Inmolación, el artista “se da a sí mismo como lugar de representación”, haciendo que su cuerpo “construya el significado que las cosas no tienen por sí solas”.
Exposición
“Los Géneros. El Cuerpo, conceptos y representaciones”
Duración de la Exposición:
Del 19 de enero al 28 de febrero, 2005
Horario:
Lunes de 15.00 a 21 h.
De martes a sábado de 10 a 21 h.
Lugar:
Espai Cultural Caja Madrid.
Plaza Cataluña, 9
Barcelona.
Entrada gratuita