Dos años más tarde y con un montón de cambios en su vida privada –boda, embarazo y cambio de residencia de Gales a EE.UU.- Cerys regresaba con su primer álbum en solitario, “Cockahoop” (03). Un primer disco de versiones de temas folk (desde una antigua tonada irlandesa que le cantaba su abuela hasta el desconocido ‘Weightless Again’ que descubrió en una grabación de The Handsome Family) en el que ya incluyó tres temas propios en los que había rastros de country, soul y pop. Tres años más tarde, Cerys Matthews regresa con un disco suyo al 100%. Once temas en los que, sin renunciar a la herencia de su etapa en Catatonia, Cerys elabora un discurso propio que bebe tanto del pop como del folk con guiños al soul, el country o el rock.
Arropada en las tareas de producción por Stuart Sikes y Ben Elkins, Cerys ha construido un disco que narra un viaje cuyo punto de partida es Nueva York y que recorre EE.UU. de norte a sur hasta llegar a Nashville, la ciudad en la que ha vivido durante los últimos cuatro años y en la que ha compuesto y grabado el álbum. El tema que cierra el disco, la fantástica ‘Elen’, compuesta junto a Gruff Rhys de Super Furry Animals, la devuelve de nuevo a su Irlanda natal. Un tema que habla sobre regresar a un lugar cálido y acogedor, a una suerte de hogar en el que descansar. Según sus propias palabras, Cerys ha intentado escribir un álbum capaz de transmitir felicidad. Un disco accesible en el que sin embargo todas las canciones están abiertas a giros inesperados y en las que se permite jugar con arreglos imaginativos que huyen de caminos trillados. Un disco hecho y pensado para disfrutar.