En este ambiente confortable y relajado, las inquietudes de la clienta se mezclan con los bocetos, los muestrarios de selectas telas, los hilvanes o la muselina con la que se realizará la “toile” o “glasilla”, antes de que pueda admirarse en el espejo como si de una princesa se tratara. Roser Marcé se toma su tiempo, porque el resultado debe ser perfecto y exclusivo para cada mujer sean cuales sean sus características. Exquisitos trajes de novia, irrepetibles vestidos de alta costura y un Prêt-à-Porter de acabados impecables salen cada temporada de este atelier con encanto situado en la calle de la Ribera al que todas vuelven. La emblemática rosa de su logotipo es un símbolo de buen gusto y sinónimo de distinción entre las que más cuidan su imagen.
La pasada semana Roser Marcé presentó su tendencia Prêt-à-Porter para esta primavera-verano 2007, una colección de líneas limpias llena de detalles que marcan la diferencia. La diseñadora propone una temporada serena y muy femenina aunque apuesta por el traje tipo masculino, uno de sus puntos fuertes, el cual ha rescatado para insistir en la feminidad de la línea años ’40. Auténtico glamour enmarcado en tejidos como el algodón, el lino y la seda; materias nobles que reiteran la calidad. Las chaquetas, cortas o largas, se presentan con combinación de colores y finales sin terminar; toda una innovación y un ejercicio de estilo que rematan los bolsillos tipo “patchwork”. Las faldas, asimétricas y con mucho volumen, y los pantalones, de diferentes largos, se combinan con trabajadas blusas que complementa un “look” final muy refinado. Un verano tocado por el glamour.
Un “vintage” muy elaborado cargado de sugerentes detalles que Roser Marcé ha querido combinar con bolsos joya de Joan Miquel Catalá, un exquisito artesano convencido de que un bolso es para siempre. Inspirado en las tierras napolitanas, en especial en los románticos pueblos de Amalfi y Salermo, el creador propone para la tarde noche minúsculas cajas bordadas con pedrería en negro, dorado y plata;
bolsitos plata y oro vintage; azules con asas largas y pedrería a tono o con tiras de mano a base de piedras naturales como ágatas o topacios. Destacan el modelo Dora, realizado con brocados de seda y asas de amatista; el Adamaride, con asas de Swaroski y su bolso joya inspirado en la vidriera central del Palau de la Música de Barcelona, realizado con piedras Swarovski y con asas de mano de corales naturales.
Y para destacar su estilo de una manera original, diferencial y sofisticada, Roser Marcé ha recurrido a las joyas textiles de Vicky Metzger, unos complementos que imprimen carácter. Se trata de modelos exclusivos de producción limitada elaborados completamente a mano con materiales naturales que descubre en sus viajes, realizados con mimo y detalle para que la mujer pueda lucir única y muy moderna. Las joyas textiles de Metzger Ideas están causando sensación esta temporada entre las más ‘fashion’, que encuentran en estas piezas una opción a la joya tradicional aportando un toque diferencial. En definitiva Roser Marcé ha vuelto a sorprender, no solo por su colección sino también por su gusto y originalidad a la hora de configurar sus “look’s”.
Gema Castellano