La Piel No Olvida.
La mala noticia es que en los últimos años, los casos de pacientes dañados por el sol han experimentado un notable aumento. La buena es que podemos evitarlo reforzando la fotoprotección con elementos naturales que actúan desde el interior del organismo y con un diagnóstico precoz.
Fotoprotección externa + interna = mejor coraza frente al sol.
Los nuevos complementos alimenticios de fotoprotección interna son una protección adicional diaria a los fotoprotectores tópicos (cremas solares). Eva Vila, responsable de formación de los laboratorios farmacéuticos OTC Ibérica, lamenta que, “su uso todavía esté socialmente poco extendido ya que nos protegen desde dentro donde los fotoprotectores convencionales no llegan”. Y añade “es verdad que una dieta mediterránea equilibrada en la que se incluya el consumo de muchos vegetales, sobretodo los rojos y verdes –tomate, pimiento, zanahoria, calabaza, lechuga, brécol, espinacas, etc.,- podría ser suficiente, pero por lo general, no ingerimos suficientes cantidades para garantizar una concentración eficaz de betacarotenos en nuestro organismo”.
Las nuevas formulaciones de OTC Ibérica, especifica la Sra. Vila, “aseguran la dosis diaria recomendada de Betacaroteno –que es de 50 mg aproximadamente- y con una sola toma al día nos protege de la radiación solar, de la oxidación y el envejecimiento”.
La otra novedad en fotoprotección que estos laboratorios farmacéuticos han lanzado este año en el mercado, son los autobronceadores con filtro solar. Según la Sra. Vila “un error muy común que cometían las usuarias de este tipo de productos era que no utilizaban cremas solares. Y lo hacían o bien porque creían que la fotoprotección ya estaba incluida en el producto o bien porque al ver su piel bronceada no consideraban necesaria su aplicación”.
El melanoma, una realidad.
El Dr. Ramón Grimalt, miembro de la unidad de dermatología del Hospital Clínic de Barcelona, considera que “las personas ya son conocedoras de muchos de los factores de alto riesgo de causar este tipo de cáncer (algún antecedente familiar, piel, ojos o cabello claro, gran presencia de lunares, no usar cremas solares, etc). Sin embargo en la lista no se suelen incluir otros factores determinantes como el trabajo y/o las actividades frecuentes al aire libre. Y no podemos perder de vista que el cambio climático puede empeorar notablemente la situación actual, ya que aumentarán los días de sol, la temperatura y el número de horas de exposición a la radiación, por lo que tendremos de usar SIEMPRE algún fotoprotector, y no únicamente en la playa o durante las horas centrales del día”.
Por otro lado, tampoco se habla de las cabinas de rayos UVA, que el Dr. Grimalt tilda de “enorme peligro, ya en numerosas ocasiones son utilizadas sin ningún tipo de fotoprotección y las deficiencias de muchos de estos aparatos escapan al control de las autoridades sanitarias. En la década de los noventa empezó la moda del bronceado artificial, y como el melanoma tiene un periodo de incubación de 20 años, ahora empiezan a salir las primeras afectaciones y son francamente preocupantes”.
El diagnóstico precoz te puede salvar.
Cada peca, lunar o mancha puede ser el recuerdo de una incorrecta exposición solar. De ahí la importancia de que prestemos especial atención a los lunares sospechosos. Y la mejor manera de identificarlos es, como nos indica el Dr. Grimalt “a través de una completa exploración mediante una digitalización de la piel”.
Este método, que el Dr. Grimalt califica de “excelente para la detención precoz para lesiones cutáneas pigmentadas que podrían ser melanomas”, consiste en elaborar digitalmente un mapa de todos los lunares que tiene el paciente. Un sofisticado sistema informático que capta tanto el número como su posición exacta en el cuerpo y lo que es más importante, la forma y el color de cada uno de ello. Esta información se almacena y se actualiza cada vez que el paciente acude a la consulta del dermatólogo. Lo que permite, a jucio del Dr. Grimalt, “controlar el comportamiento y la evolución de los lunares a lo largo del tiempo. Detectamos de forma rápida y precisa cualquier cambio de forma, tamaño, relieve o color. Sin cambio no hay riesgo”.
De todo lo anteriormente dicho, el Dr. Grimalt destaca “que la ausencia de cualquiera de los factores de riesgo citados no elimina la posibilidad de desarrollar un melanoma cutáneo por lo que recomienda visitar al dermatólogo al menos una vez al año. Y nos recuerda que “las probabilidades de detección precoz de melanoma se incrementan si examinamos detalladamente todas las lesiones pigmentadas de un paciente”.