Y Tom descubre asombrado, lo vacía que es su vida sin ella. Decide entonces, que cuando Hannah regrese de su viaje, le propondrá que se case con él, pero anonadado se entera de que ella se ha prometido con un escocés guapo y rico y que piensa vivir con él en Escocia. Cuando Hannah le pide a Tom que sea su “dama” de honor, él de mala gana acepta cumplir el papel… pero sólo para intentar conquistarla e interrumpir la boda antes de que sea demasiado tarde. Hannah, contrariamente a lo que siempre creyó, empieza a darse cuenta de que Tom puede ser un candidato para el matrimonio y entonces tendrá que decidir entre casarse con su mejor amigo o con el hombre que se lo propuso primero.
La boda de mi novia, de Paul Weiland, está protagonizada por Patrick Dempsey, Michelle Monaghan, Kevin McKidd, Kathleen Quinlan y Sydney Pollack. Dirigida por Paul Weiland. Producida por Neal H. Moritz. Sobre una idea original de Adam Sztykiel y con guión suyo, de Deborah Kaplan y Harry Elfont. En la producción ejecutiva, Callum Greene, Tania Landau, Amanda Lewis, Marty Adelstein, Aaron Kaplan, Sean Perrone y Ryan Kavanaugh. El director de fotografía es Tony Pierce-Roberts (BSC). El diseño de producción es de Kalina Ivanov. El montaje de Richard Marks (A.C.E). El diseño de vestuario es de Penny Rose. La música de Rupert Gregson-Williams. La supervisión musical de Nick Angel.
“La decisión de Hannah, no es una decisión fácil” dice Neal H. Moritz, productor de La boda de mi novia. “Ambos, Tom y Colin son buenos tíos, los dos tienen sus méritos.”
“En el fondo, La boda de mi novia habla de esa idea de siempre, de que eres incapaz de ver el amor cuando está justo frente a ti”, dice el director Paul Weiland. “Tom es un hombre muy atractivo al que las mujeres se le dan fácilmente pero que no se compromete. Cuando Hannah conoce a otra persona, es cuando se da cuenta de que no sólo va a perder a su mejor amiga, sino de que en realidad está enamorado de ella, sólo que no se había dado cuenta. Todo el tiempo ha tenido el pastel y habría podido comerlo, pero súbitamente, alguien viene y se lo arrebata”.
“Desafortunadamente para Tom, descubre demasiado tarde que Hannah es el amor de su vida”, dice Dempsey. “Hannan cree en el amor verdadero y el matrimonio, y hasta el momento, Tom ha sido un mujeriego con serios problemas con el compromiso. Tom ha tenido muchas oportunidades, momentos perdidos, pero Hannah ha estado allí todo el tiempo. Ahora alguien arrebata a Hannah de su vida y el único recurso que le queda es ir a Escocia como ‘dama’ de honor y tratar de conquistarla.”
Según el productor ejecutivo, Callum Greene, La boda de mi novia es una historia dulce e irresistible con dos actores muy entretenidos de ver. Ambos, Patrick y Michelle son actores con mucho talento que se acoplan muy bien. Te hacen reír y son irresistiblemente atractivos”.
Kevin McKidd, que interpreta el papel protagónico en la serie Roma de la HBO y actualmente protagoniza la serie de la NBC, Journeyman, es el tercero en discordia en el triángulo amoroso de La boda de mi novia. Es Colin, el escocés que se enamora de Hannah y le pide su mano después de seis semanas de torbellino. Weiland dice, “estaba buscando a alguien que no fuera evidente para el papel de Colin. Quería un hombre serio, fuerte y apasionado. No podía ser alguien a quien el público odiase inmediatamente porque necesitaba a alguien que fuera un digno adversario para Tom. Colin es también rico, pero tiene mejores modales y es más sincero. él parece ser el tipo de hombre que Hannah había estado esperado, fuerte y siempre disponible para ella, no importa la situación”.
McKidd opina que, “a primera vista, Colin es el hombre perfecto. Es dueño de un castillo fantástico y de unas magníficas tierras en Escocia. Su familia ha sido dueña de una famosa destilería de whisky escocés por generaciones y es muy distinguido. Es casi un noble, de clase alta y proveniente de una familia de mucho dinero por generaciones”.
RODAR EN ESCOCIA
Desde el principio, dice el productor Neal H. Moritz, los realizadores han intentado rodar la parte del desenlace de La boda de mi novia en Escocia, donde transcurre la acción. “Simplemente no había manera de que se pudieran construir los decorados o encontrar las localizaciones que estuviesen a la altura de donde al final rodamos la película”, dice. “Estar en un entorno tan bello ayuda enormemente a la historia y además permite a los personajes encontrarse con lo que realmente son y lo que deberían estar haciendo. Otorga una atmósfera de credibilidad y hace que se produzca la magia”.
“Escocia, se convierte, definitivamente, en un personaje de la película”, dice Patrick Dempsey. “Puedes sentir la diferencia cuando estás allí. El agua, el campo –no se parece a ningún otro sitio- y la gente del lugar fue estupenda. No pude entender una palabra de lo que decían, con su cerrado acento escocés, pero eran muy, muy majos”.
El equipo rodó en el castillo de Dunvegan en la isla de Skye durante cinco días. Y aunque hay solamente 12.000 habitantes en la isla, la producción de La boda de mi novia rodó con un equipo de 250, 25 actores y 300 extras. “Nos tuvieron que dividir en más de 50 diferentes hoteles, bed & breakfast y posadas. Fue una asombrosa proeza para llevar a cabo”, dice el productor ejecutivo, Callum Greene.
El castillo de Dunvegan es una fortaleza construida en la idílica orilla de un lago. Se dice que es el castillo habitado más antiguo del norte de Escocia y ha estado ocupado desde hace más de siete siglos por los jefes de los MacLeod y aún continúa siendo la ancestral casa del clan. Fue en sus extensas tierras donde se rodaron las escenas de los juegos típicos escoceses y la emocionante escena entre Tom y Hannah.
Paul Weiland recuerda: “Miras hacia atrás a lo lejos de los campos del castillo de Dunvegan y es como un cuento, un festín para los sentidos. Para mí, el efecto visual de la película necesitaba ser parte de todo el conjunto. Creo que muchas comedias románticas están rodadas de una manera plana y eso es aburrido. Yo quería que tuviera textura. Quería crear un mundo que todo el que lo viera pudiera pensar, ‘no me importaría nada vivir ahí’”.
Kevin McKidd, que se crió en la parte este de Escocia, se sintió feliz de tener la oportunidad de trabajar en la tierra en la que nació. “Cuando el sol brilla en Escocia, es el lugar más bello del mundo”, afirma. “Creo que está muy bien mostrarle al público que Escocia es un país romántico y mágico. No se podría copiar esto en ningún otro sitio del planeta”.
Mientras estaban en Skye se produjo un pequeño milagro en el rodaje. Con muchísimas localizaciones exteriores para rodar con cientos de extras, no cayó una gota de lluvia (a pesar de que el lugar tiene una media de precipitaciones de entre 1500 y 2000 mm. por año). Los lugareños no lo podían creer. Y mientras no caía gota en Skye, en la frontera con Inglaterra había inundaciones y llovía a mares.
En cuanto a la secuencia de los juego escoceses, Moritz dice: “Es una tradición escocesa que cuando alguien se va a casar, el novio tiene que ganar a los juegos escoceses para tener el derecho de desposar a la novia. Tom trata de probar su valor participando en unos juegos en los que ningún americano había participado antes, como el caber toss o el braemar stone (que forman parte de los tradicionales juegos escoceses) y también en un muy reñido juego de cuerda (en donde dos equipos tiran de una soga).
“Le quería dar a la escena un sabor genuino”, dice Weiland. “Los juegos escoceses se supone que son muy divertidos, con todos los participantes vestidos de gala con sus kilts y sus trajes renacentistas, pero Tom se lo toma muy en serio, creyendo que puede vencer a Colin en alguna de las modalidades y que al salir victorioso de los juegos tendrá una oportunidad de ganarse a Hannah. Por supuesto, las cosas no salen tal y como él las había imaginado”.
Mientras se rodaba en Skye, el equipo también rodó en el pequeñísimo ferry Glenachulish, que cruza el Sound of Sleat uniendo Kylerhea y Glenelg. El ferry es el más antiguo que se conoce en la historia de Skye, remontándose hasta por lo menos el año 1695.
A pesar de que el castillo de Dunvegan, en la mayoría de los planos, representa el exterior de la casa de Colin, Ivanov comenta que encontrar localizaciones para los interiores no fue fácil. “En la creación del castillo hubo muchísima ‘magia del cine’, utilizamos cuatro o cinco estructuras para obtener la que necesitábamos”, dice. “Al buscar castillos y leer libros acerca de la arquitectura escocesa, una de las cosas de las que me di cuenta es que cada castillo tiene muchas capas en él, añadidas a través de la historia. Si el castillo original fue construido en el siglo XIII, un techo estilo Tudor fue agregado en el siglo XV y luego en el XVIII pudo haber sido redecorado y utilizado el primer papel pintado, y entonces en el siglo XIX entra la fontanería. Por lo que hay una tremenda cantidad de estilos diferentes en cada castillo. La planta baja puede parecer del siglo XIII pero la segunda planta puede ser completamente del siglo XIX o XX”.
Entre todos los castillos ingleses y escoceses que conforman el interior de la casa de los McMurray, el castillo de Broughton, cerca de Oxford en Inglaterra, es el que encontramos con un vestíbulo de piedra en el estilo escocés más tradicional.
Así y todo, la segunda planta de Brougthon no servía para el propósito de los realizadores. Entonces entra en escena el tercer castillo, Dorney Court, con unas habitaciones más íntimas. Poniendo piedras falsas sobre las paredes de ladrillo y madera de los pasillos, para que combinaran con la piedra del castillo de Broughton, las habitaciones se convirtieron exactamente en lo que los realizadores estaban buscando.
En algunos pocos exteriores, la casa de Colin es otro castillo escocés, Elian Donan, que se levanta en una elevación de rocas en las aguas de Lochalsh en Skye. “Se convirtió en una especie de cubo de Rubik, poner todas estas piezas juntas para asegurarnos de mantener el mismo sentimiento ‘escocés’ que tuvimos cuando estábamos investigando,” dice Ivanov. “Pero esta es la magia que los diseñadores de producción son capaces de crear.”
La mayor colaboración en la película fue la que hubo entre las dos diseñadoras de vestuario. Penny Rose que fue la responsable de la parte americana y Rebecca Hale, quien estuvo a cargo una vez que el equipo llegó al Reino Unido.
“Cuando pienso en ello”, dice entre risas Weiland, “hice pasar a Patrick algunos momentos terribles: lo he tenido desnudo y vestido con un faldita escocesa”.
“La verdad es”, dice Rose, “que nosotros estamos allí solo para ayudar a los actores a encaminar el “look” que sus personajes tienen en la película. Nosotros no imponemos nada.
Un actor se envuelve en lo que nosotros le damos y entonces ellos lo convierten en el personaje. En realidad está todo en el actor”. “El personaje de Michelle necesitaba tener una progresión desde el principio de la historia hasta el final en el que se transforma en alguien más glamouroso”, continúa.
“Creo que es importante tener en cuenta que como restauradora de arte, probablemente, ella no gana mucho dinero, por eso tratamos de evitar marcas de lujo. Al principio, ella es como la vecina de la puerta de al lado y luego se va transformando en alguien más chic a medida que se desarrolla la historia”.
“La boda de un miembro de la aristocracia escocesa”, explica Rose, “se puede asumir como un tema bastante extravagante. La boda escocesa tendría que ser casi ‘real’ en su glamour. Vestimos a Hannah con un glamuroso vestido de seda, tafetán y organza. “La boda de un miembro de la aristocracia escocesa”, explica Rose, “se puede asumir como un tema bastante extravagante.
La boda escocesa tendría que ser casi ‘real’ en su glamour. Vestimos a Hannah con un glamuroso vestido de seda, tafetán y organza. Vi un vestido de novia en la revista “Vogue Sposa”. Me puse en contacto con ellos en Italia y me dieron los datos del Atelier Aimee, una tienda que acababa de abrir en Nueva York. Los vestidos de las damas de honor fueron de Vera Wang”.
En contraste con el sofisticado vestido que Hannah lleva puesto para la boda escocesa, está el vestido simple y elegante que usa para casarse con Tom, diseñado por Seila Yang.
Rebecca Hale estuvo a cargo de la selección del vestuario de La boda de mi novia en el Reino Unido. “Durante más de un mes, Penny y yo hablamos de lo que ella estaba haciendo”, dice. “Tuvimos que hacer una división muy obvia entre Escocia y América”.
Según cuenta Hale, ella y Rose al principio hablaron de no poner ninguna tela escocesa hasta la boda. “Generalmente, los escoceses no están vestidos desde la cabeza a los pies en faldas y telas escocesas. Las utilizan para las bodas y ceremonias. Pero hablé con Paul de este tema. El siempre había querido que los escoceses parecieran casi “alienígenas” para los americanos, y mostrar las diferencias entre las dos culturas, y así lo hicimos. Ambas sentimos que para la llegada de la familia de Hannah y para la boda, deberíamos vestir por entero a la familia de Colin en las telas escocesas de los McMurray, tweeds y pantalones a media pierna, que son los “calzones” que ellos usan”.
Hale se dio cuenta en sus investigaciones de que los hombres durante el día utilizan más el tweed que las telas escocesas. Uno de los miembros de su equipo escocés descubrió en el norte de Escocia una pequeña tienda increíble, con cientos de telas gruesas en el fondo. “Ya no se encuentran este tipo de telas en ningún sitio”, dice Hale. “Para mi fue un descubrimiento fascinante. El tweed de Harris se hace allí y se fabrica especialmente para cada familia”.
Para la tela escocesa de los McMurray, Hale e Ivanov, miraron entre más de 80 telas escocesas pertenecientes a los clanes de Murray antes de elegir uno muy sutil en el que predomina el verde con unas pinceladas de azul y rojo. “Fuimos a House of Bruar, que es una especie de centro comercial donde hacen kilts. Una de las mujeres estaba casada con el mayordomo de un hombre de la zona. Es en conversaciones de este tipo cuando realmente te enteras de lo que la gente usa y de cómo lo usa”.
La tela escocesa elegida para el personaje de Patrick Dempsey se llama Royal Stewart. “Es una tela militar, la que llevan los gaiteros. Cuando la gente se imagina una típica tela escocesa, es en la Royal Stewart en la que normalmente piensan”, continúa Hale.
Para la secuencia de los juegos escoceses, Hale dice, “Paul sólo dijo una palabra: ‘medieval’. Porque llevo trabajando con él mucho tiempo, y porque sé que le gusta jugar con el sentido del humor de la gente, lo pillé inmediatamente. Alquilamos muchos de los trajes en los teatros, porque es una forma más imaginativa de vestuario. Encontramos máscaras, trajes de bufón y muchas cosas más en la Royal Shakespeare Company”. El mayor desafío para Hale fue vestir a más de 250 extras con diferentes tipos de pantalones renacentistas, vestidos y exóticos sombreros y cascos.
Para el divertimento de los americanos también se agregaron algunas palabras usadas en el set inglés, por no mencionar un par de palabras celtas que se les pegaron en Skye. Los carpinteros son “chippies”, los electricistas “sparks” (chispas), a los niños en Escocia se les llama “bairn” y muchas variantes y peculiaridades a lo largo de las islas británicas.
Trailer de "La Boda de mi Novia"
(320×256 – 2:31 min.)
FOTOS DE LA PELICULA "LA BODA DE MI NOVIA"