El alto espíritu de entrega, la permanente vocación de servicio y la probada capacidad de sacrifico de nuestras Fuerzas Armadas y Guardia Civil, merecen el más pleno agradecimiento de la sociedad española a la que sirven.
Por ello mismo, en este solemne Acto, quiero dedicar un muy emotivo y respetuoso homenaje a todos los militares que perdieron la vida en cumplimiento del deber durante el año que acaba de concluir, con especial mención a quienes fueron víctimas de la barbarie terrorista.
Entre ellos, no puedo dejar de recordar que hace aún escasas semanas, dos jóvenes guardias civiles fueron víctimas de la más cruel y cobarde sinrazón terrorista.
Una lacra abominable e inaceptable que suscita nuestra más profunda repulsa y firme condena.
Dedicamos, a todos ellos, el más sentido recuerdo, junto al mayor afecto, apoyo y solidaridad en el dolor a sus familiares y amigos. Su ejemplo siempre permanecerá vivo en nuestros corazones.
Mucho agradezco, al Señor Ministro de Defensa, sus muy afectuosas palabras de felicitación en nombre propio y de la Institución Militar, así como su interesante exposición sobre los avances y proyectos de nuestras Fuerzas Armadas y de la Política de Defensa.
En el año que acaba de culminar hemos celebrado el Trigésimo Aniversario de la creación del Ministerio de Defensa.
Una efeméride que nos ha permitido subrayar la profunda modernización registrada por nuestras Fuerzas Armadas a lo largo de las tres últimas décadas, todo ello dentro de un constante afán por atender las necesidades de la España de hoy y por asegurar el mejor cumplimiento de nuestros compromisos internacionales.
Unas Fuerzas Armadas profesionalizadas, cada vez más eficientes y mejor dotadas, plenamente integradas en el sistema de seguridad colectiva al que pertenecemos.
La alta preparación, elevada disciplina, plena disponibilidad y renovada motivación de nuestros soldados, junto a la mejor organización y equipamiento de nuestras Fuerzas Armadas, permiten asumir con las debidas garantías de éxito nuestras exigencias de seguridad y defensa, así como afrontar con creciente confianza los riesgos y amenazas del mundo de hoy.
De ahí, el alto prestigio que nuestros Ejércitos han sabido cosechar a escala internacional mediante su eficaz participación en las operaciones de mantenimiento de la paz y de carácter humanitario en múltiples países y regiones en el marco de Naciones Unidas, de la Alianza Atlántica, y de la Política Europea de Seguridad y Defensa.
Buena prueba de ese muy loable esfuerzo es que, sólo en el ámbito de las Naciones Unidas y desde 1989, más de setenta mil militares españoles han participado en más de medio centenar de operaciones de paz y misiones de ayuda humanitaria, portando la bandera de España en sus uniformes y proyectando al mundo los valores que distinguen a la sociedad española.
Una activa contribución a la estabilidad internacional, que nuestros soldados desarrollan actualmente con particular esmero en las importantes y complejas misiones que tienen encomendadas en Afganistán, Bosnia-Herzegovina, Kosovo y Líbano.
Precisamente, el día de Nochevieja pude constatar, una vez más, ese alto nivel de preparación y eficacia de nuestros militares en el exterior al visitar el contingente español en Afganistán.
Unas cualidades que, tanto el Príncipe de Asturias como yo, hemos podido apreciar asimismo con particular satisfacción en los ejercicios tácticos a los que hemos asistido y en las Unidades que visitamos durante el pasado año.
Unidades marcadas por el valor, la disciplina y la profesionalidad, con que las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil ejercen sus cometidos desde su sentido de generosa entrega y de profundo amor a España.
Quiero por todo ello, reafirmar mi especial orgullo y reconocimiento como Rey y Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas ante la extraordinaria labor que a diario desarrollan nuestros soldados y guardias civiles.
Nuestras Fuerzas Armadas y Guardia Civil preservan la seguridad y bienestar de nuestros ciudadanos, subrayando así su innata y generosa vocación de servicio a una sociedad plenamente identificada con sus Ejércitos.
La identificación y participación solidaria de la sociedad en la defensa de los valores y principios que compartimos, constituyen un elemento clave en la conciencia de defensa nacional que alimenta nuestra vida en democracia y libertad.
Os reitero mi gratitud y reconocimiento por vuestra lealtad, entrega personal, y afán de superación en vuestro trabajo cotidiano.
En este principio de Año, convoco a toda la gran familia militar para que juntos, y en el marco de nuestra Constitución, reafirmemos nuestros compromisos y renovemos nuestras ilusiones al servicio de España y de todos los españoles.
Con la misma ilusión y determinación de siempre, os animo a seguir dedicando lo mejor de vosotros mismos en vuestra noble tarea para la que contáis con mi permanente aliento, más firme respaldo y profunda gratitud.
En nombre propio y en el de toda la Familia Real, os expreso nuestro mayor afecto y mejores deseos de felicidad para el Año Nuevo 2008 que acaba de comenzar.
¡VIVA ESPAñA!
Link Relacionado Informativos.Net:
LOS REYES DE ESPAñA Y LOS PRíNCIPES DE ASTURIAS PRESIDEN LA PASCUA MILITAR