La firma letona Mareunrol’s presentó una colección muy correcta y de línea muy comercial, camuflada en un “look” enigmático que parecía hacer alusión al karma de una sociedad que es víctima de sus propios errores.
Las modelos lucían grandes cabezas coronadas por enormes sombreros y espesa melena que escondía el rostro; envolviendo a las personas en una falta de humanidad y anonimato que asustan.
Pareciera que sólo pudieran destacar por atuendo.
Una teoría vital llevada al extremo expresionista, que tiñó el desfile de un halo hipnótico potenciado por unas imágenes en vídeo inquietantes.
Los catalanes Zazo and Brull han apostado por una propuesta arriesgada que combina los materiales más tradicionales como la lana con otros de carácter industrial de la línea del corcho blanco, con el que consiguen volúmenes y formas inéditas. Prendas poco ortodoxas que, sin embargo, resultan muy adecuadas a un “look” más avanzado que va marcando ya el relevo generacional y el cambio de estética.
En lo que respecta a la tendencia, Zazo y Brull exageran considerablemente la apuesta internacional para el próximo invierno por prendas ‘over size’, el jersey y los hombros más marcados. Una colección que deja entrever un buen trabajo y las mejores perspectivas.
Las australianas afincadas en París Susan Dimasi y Chantal McDonald, fundadoras de la marca Materialbyproduct, excepcionales; son un ejemplo de la dispersión mental a la que nos lleva la Pasarela 080 por el momento. Lo cierto es que, aún siendo una firma joven -cuenta con seis años de vida- juega con muchísima ventaja ante otros recién salidos de las escuelas de diseño.
El abismo entre estas dos “clases” de diseñadores noveles es demasiado grande. Tanto, que unos ya han creado imagen de marca aunque no hayan conseguido todavía llegar a lo más alto y los otros apenas han podido coser unas pocas prendas para subirlas a la pasarela.
Ocurre lo mismo con los holandeses Klavers van Engelen, cuyo complicado patronaje o drapeados, lazos y pliegues imposibles, denotan una madurez que se agradece.
Con este desbarajuste de conceptos, se hace imprescindible “redimensionar” -una palabra del agrado absoluto del conseller Huguet– también el concepto “talento”. Porque quizás las ansias de ofrecer oportunidades a todos indiscriminadamente o de ejercer el populismo en este sentido como medida de complacencia política -esto sería más grave- nos esté llevando a ampliar tanto el concepto “talento” que en él ya quepa todo; y eso sería un error. Es necesaria una preselección para mantener un nivel excepcional incluso entre los noveles que deberán ser considerados como los nuevos genios.
El premio al mejor diseñador de la Pasarela 080 lo ganó merecidamente Seiko Taki, ex directora artística de la Tokio Fashion Week; una profesional de la moda con una amplísima carrera profesional que creó su propia firma en 2007.
Gema Castellano
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Mareunrol’s