Y es que los tiempos que vienen requieren de nuevos hábitos que nos permitan no tener que renunciar a la parte positiva de las cosas, y en este sentido, los proyectos innovadores capaces de manejar la honestidad empresarial con soltura, se colocan a la cabeza.
La familia Domínguez, fundadora de la exitosa cadena de restaurantes The Wok que posteriormente fue adquirida por el Grupo Vips en 2005 -en particular los hermanos Borja y Alfonso Domínguez– son los ideólogos de este movimiento “casual dining” que ha triunfado en Madrid apoyado en una filosofía “fun eating” impuesta al arte de comer, un interiorismo divertido en fucsia y negro diseñado por uno de los mejores –Ignacio García de Vinuesa -, la artesanía como fundamento de una gastronomía de tendencia mediterránea con toques asiáticos y un equipo de trabajo que entiende a su clientela.
Wogaboo llega a Barcelona en un momento de revisión de actitudes, en el que cualquier proyecto respaldado por la calidad y la innovación que tenga en cuenta las nuevas circunstancias sociales es bien recibido. Inmensamente preocupada por conservar su emblemático estilo de vida, la ciudad busca nuevas perspectivas y alternativas que le permitan seguir ofreciendo a sus habitantes y a sus visitantes esa legendaria exclusividad que la ha convertido en un destino único y el vanguardismo que la consagró como la capital del diseño, pero de una manera más asequible. El Wagaboo, situado en el 267 de la calle Valencia, ha convencido a las vanguardias que lo han convertido en poco tiempo en la meca de los que manejan los resortes del estilo en la ciudad.
La original cocina del Wogaboo realmente cautiva. Contemplar la labor de los cocineros amasando la pasta a la vista de los comensales es todo un espectáculo que forma parte de esa filosofía ‘fun eating’ que los propietarios quieren imponer al espacio, pero también una garantía de calidad. La ‘pasta la Mien’ es la estrella, aunque el restaurante ha preparado toda una oferta gastronómica especialmente estudiada para una ciudad en la que las exigencias son elevadas. Después de triunfar en Madrid, donde cuenta con cinco restaurantes y de su exitosa apertura en Barcelona, la cadena, en cuyo capital ha entrado Caja Duero con el 10%, tiene prevista una ambiciosa estrategia de expansión respaldada por un modelo de negocio perfectamente adaptado a las nuevas circunstancias económicas y sociales, porque el estilo no percibe la crisis.
Su web: wagaboo.com (*)
Gema Castellano
Actualización Abril 2014:
El Juzgado de lo Mercantil número uno de Madrid, auto 269/2013, lleva el Concurso de Acreedores de la cadena de franquicias Wogaboo Restauración S.L, declarado según informes de agencias de calificación, el 1 de enero de 2014. Con la apertura de este procedimiento, la central de franquicias mantiene las facultades de administración y disposición de su patrimonio, pero sometida a la intervención de la administración concursal, una filial dedicada a tal efecto de la firma de servicios profesionales KPMG.
La familia Domínguez, propietaria de la cadena, no ha sabido hacerse con las riendas del negocio y junto con Caja Duero acumulan más de un centenar de acreedores, que por fuentes adheridas al concurso, pretenden proponer una quita del 30% a un plazo de cinco años.
En algún momento entre la redacción de la noticia y el concurso de acreedores, la empresa cambió su nombre de Wagaboo a Wogaboo (de ahí el redireccionamiento de Wagaboo.com a Wogaboo.com) por eso hemos actualizado la denominación social en el artículo (de Wagaboo a Wogaboo) de cara a la localización por los buscadores