Porque éste, el concepto “moda nupcial”, no existía hasta que ella decidió un día que las tendencias de moda deberían influir en los atuendos de las novias, hasta entonces avocados a las formas ingenuas y de princesa; en el mejor de los casos. Clará llegó al sector con la lúcida obsesión por vestir a las mujeres sexy, elegantes, atractivas, seductoras, sofisticadas o atrevidas aunque fuera de blanco y tul; y se encontró con un mercado maduro que pedía agritos no llegar al altar como una mujer sin vida, sin pasado y sin estilo. Su triunfo fue inminente.
Quince años después el Grupo Rosa Clará ha facturado 60 millones de euros en 2009 y mantiene una estimación de superar esta cifra en un 10% en 2010, su posicionamiento en el mundo es excepcional gracias a su red de franquiciados, tiene previsto en breve abordar el mercado norteamericano aplicando la misma estrategia de moda nupcial que la llevó a la cumbre en Europa y es absolutamente responsable -aunque comparta esta carga- de que el sector nupcial en España y Cataluña lidere las exportaciones.
No es de extrañar y además es de justicia, que el mismísimo president de la Generalitat haya asistido a la cena que la diseñadora catalana ha ofrecido a sus invitados en la Sala Oval del Palacio de Montjuïc, después de poner en escena su colección para 2011. José Montilla ha querido demostrar así que está con las empresas que siguen adelante a pesar de la crisis y, ahora más que nunca, se agradecen estos detalles institucionales con sectores que no sean los de siempre; como la automoción o las farmacéuticas. La empresaria se lo merece.
En lo que respecta a la nueva colección, diré que la modestia y la sobriedad paradójicamente -en moda- no van con los tiempos de crisis; y así lo ha entendido, creo, Rosa Clará en esta colección sublime, según mi criterio, en la que el toque de extravagancia del negro y las joyas engastadas al tejido hacen a la mujer libre y glamourosa. Discutible, dirán los puristas, pero es seguro que ninguna mujer del planeta está dispuesta a sacrificar ni un ápice de su estilo ni siquiera en tiempos convulsos. Muy al contrario, la osadía y el atrevimiento están de moda, porque ahora -cuando los valores fundamentales afloran sobre los conflictos de género- el conservadurismo sobra y el moralismo también.
En definitiva, la colección de Rosa Clará para 2011 refleja el feminismo en su estado más puro. La eterna fortaleza de la mujer que siempre se pone de relieve en situaciones extremas y su necesidad de seducir incluso en momentos límite. AL fin y al cabo, en tiempos de crisis el glamour sí importa.
Gema Castellano
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