Barcelona ha sido la primera estación de parada para esta iniciativa absolutamente innovadora y sobrecogedora, a juzgar por la enorme diferencia de culturas y las formas tan distintas de afrontar los negocios. Reunidos en “Casa Asia” con representantes de algunos diseñadores españoles y periodistas, Dato Mohamen Awang Tera -Presidente de Desarrollo Rural de Empresarios y Cooperativas del Estado de Terengganu- y el profesor Sulaiman Ghani -Director General del Instituto Terengganu de Excelencia de Diseño (TIDE)- insistían en acaparar la atención de los interesados con una seguridad sobre la excelencia de su producto infinita, una seriedad exquisita y una puesta en escena muy cuidada; a la altura de las mejores exposiciones empresariales occidentales.
Sin embargo, el espíritu de los que escuchaban no estaba -ni mucho menos- a la altura de los expositores. Una vez más quedaron en evidencia las enormes carencias del sector del diseño español, tanto por su falta de interés por las nuevas propuestas venidas de lejos como por su mediocridad en los momentos de plantear unas colaboraciones que deberían traducirse en venta de producto -para los malayos- y en un aumento de herramientas creativas en forma de materia prima de calidad y competitiva para los diseñadores. La delegación malaya se encontró -desafortunadamente- con un sector en crisis perpetua que solo se moviliza cuando hay subvenciones por medio.
Aún así y haciendo gala de una serenidad y empaque exquisitos, la delegación empresarial del Estado – también sultanado- de Terengganu, cuya capital, Kuala Terengganu, lo es desde hace escasamente tres años, presentó a los asistentes sus tejidos más competitivos -el songket y el batik- dejando claro que sus métodos de producción y sus artesanos están preparados para poder asumir la demanda de otros mercados y que su producto -por precio y calidad- resulta muy competitivo.
Con estos dos productos, el songket -tejido especialmente indicado para la Alta Costura- y el batik -producto altamente competitivo- fabricantes y diseñadores de la zona como Suterasemai, artesano del batik o Bibah Songket, empresa especializada en la fabricación de songket; así como la prestigiosa empresa Atikah Songket, entre otros, han abordado también ciudades tan definitivas en los asuntos de la industria de la moda como Milán y París, donde se han celebrado sendos seminarios de negocios y exposiciones de tejidos, muebles y moda con un éxito rotundo.
En la barcelonesa Casa Asia los representantes de las empresas malayas dedicadas al textil y la moda plantearon la posibilidad de colaboración con los empresarios españoles, diseñadores y fabricantes tanto del ‘lifestile’ como del mundo de lo ‘fashion’; un comienzo a una futura sinergia que debería estudiarse y desarrollarse. Por el momento el encuentro se zanjó con una comida de hermandad en la que reinaba la confusión sobre las posibilidades del acontecimiento. Así es la industria de la moda en España, si es que ésta existe.
Gema Castellano