Crearon sus empresas en unas condiciones dificilísimas. Sin ayudas y sin apoyos en una España en la que la mujer no podía ejercer ningún derecho; y además, emocionalmente hundidas al tener que asumir el rol de tirar delante de la familia. Porque en una sociedad donde la mujer era educada exclusivamente para ser “ama de casa”, pocas de ellas iniciaban una actividad empresarial por gusto, sino por necesidad. Así que la mayoría de estas valientes mujeres que tuvieron que sudar el bienestar de los suyos lo hicieron explotando sus habilidades, lo que sabían hacer: la cocina y el sacrificio.
El territorio español está plagado de ejemplos. Casas de comidas que se han convertido en elitistas restaurantes e incluso en hoteles. Prestigiosos y exitosos negocios de hostelería que no se avergüenzan de sus orígenes. Eficaces empresas familiares cuyas segundas generaciones siguen todavía las pautas de la fundadora sin dejarse llevar por los cantos de sirena. Pero ¿y ellas?. Estas “mujeres coraje” parece que se hayan quedado en un nombre sin vida, sin historia y sin necesidad de ser homenajeado.
Sin embargo, detrás de cada “Casa Charo”, “Casa Pepa” o “Ca la Marieta” hay una historia de superación personal y de excelencia empresarial. Son empresarias con mayúsculas que siguen sin ser reconocidas en el sector como tales, a pesar de que han liderado el sector de la pequeña y mediana empresa en España; directa o indirectamente. A menudo vemos como en los cientos de certámenes que se celebran sobre el sector hostelero son agasajados los cocineros, hombres, -a los que se les denomina chefs para que no haya equívocos- pero nunca a ellas; a esas “cocineras” que han sentado las bases del prestigio de la cocina española y que son las fundadoras de los establecimientos más prestigiosos y excelentes.
Ha tenido que ser el Congreso Nacional de Hostelería, celebrado recientemente en Palma de Mallorca, en su treceava edición, el que, tímidamente y entre una marabunta de reuniones, conferencias y acuerdos, haga un amago de homenaje, poco lucido y peor comunicado -la verdad- a estas heroínas, las cuales -estoy segura- serían capaces de aportar ideas y conceptos prácticos muy útiles para afrontar la actual crisis del sector; desbancando a toda esa recua de teóricos gurús. Pero nadie les pregunta. Es una pena que se desaproveche tanto talento, tanto expertising y tanto sentido común.
Hay muchas. Muchas mujeres detrás de empresas de hostelería modélicas, pero desde aquí pondremos un ejemplo emocionalmente sublime. Nos encontramos a Doña Irene España en el aeropuerto de Palma de Mallorca acompañada de su hijo -el heredero de la “casa”- Andrés Vidal. Nos sorprende verla fuera de sus montañas y nos contesta, contentísima, que le habían hecho, por fin, un homenaje como mujer empresaria.
“Casa Irene”, el restaurante más mediático de Baqueira Beret por ser el preferido de la Familia Real española, no debe, sin embargo, su fama a esta eventualidad, sino al talante empresarial de esta mujer –Doña Irene– que no sólo ha sabido “dar de comer” a sus clientes como nadie, sino también ejercitar las relaciones públicas impecablemente y, además, inculcar esta estrategia empresarial, tan casera como sus guisos, a su hijo y su nuera –María José– quien ha recogido el relevo en la responsabilidad de tratar a los clientes como auténticos “reyes”. Cualquier persona que haya comido o cenado en “Casa Irene” en Arties, reconoce el trato exquisito, su excelente cocina tradicional con toques muy selectos de innovación y el ambiente familiar que no se ha perdido.
A pesar de que “Casa Irene” ( www.hotelcasairene.com) ya no es sólo un restaurante -el negocio se ha ampliado con un exclusivo hotel y un selecto Spa- Doña Irene no suelta la batuta. La fundadora todavía se ocupa de los sencillos pero refinados detalles de buen gusto que han marcado el estilo y el éxito de la “casa”. El “business plan” de esta inteligente empresaria ni ha caducado con los años, ni se ha tornado obsoleto con la crisis; así que sería muy importante contar con ellas, con la opinión de estas empresarias, a la hora de abordar soluciones a la actual coyuntura.
Expertos como el vicepresidente del grupo Sol Meliá, Sebastián Escarrer; los presidente de Comess Group y del Grupo AN, Manuel Robledo y Artemi Nolla o Fernando Faces, profesor del Instituto Internacional San Telmo; además de los presidentes de la Federación Española de Hostelería (FEHR), José Mª Rubio; de la Asociación Empresarial de Restauración de Mallorca, Antoni Mas y de la autonomía balear, Francesc Antich, han liderado un Congreso marcado por la necesidad de reposicionar los negocios dentro de un contexto económico diferente, en el marco del cual se ha homenajeado a la “Mujer Hostelera”.
A falta de conclusiones definitivas sobre el tema principal es, sin embargo, de gran importancia este reconocimiento a las grandes profesionales que han levantado excelentes empresas y que, seguro -de ser tenidas en cuenta- plantearían soluciones eficaces. Felicidades Doña Irene. Y por extensión, a todas las mujeres que, como usted, contribuyeron a levantar la economía de este país.
Gema Castellano