Lamor Corporation, con sede en Finlandia, formuló inmediatamente sus planes de acción, puestos en marcha a través de su red mundial: en un plazo de 36 horas la compañía transportó sus equipos y personal clave al lugar del desastre.
La explosión del pozo de petróleo en el fondo del océano frente a Luisiana amenazó a todo el ecosistema de la zona, así como a los medios de subsistencia de decenas de miles de personas a un ritmo de más de 5.000 barriles de fuga de petróleo crudo al día.
Con el objetivo de ayudar en los esfuerzos de limpieza, Lamor envió al sitio barreras flotantes de contención y espumaderas de petróleo (skimmers). Para hacer frente a la necesidad de equipos necesarios con urgencia, la compañía aumentó en todo el mundo los turnos de trabajo de su mano de obra y así incrementó la producción de barreras de contención necesarias en el sitio. Se calcula que al Golfo fueron enviados 300.000 metros (300 Km) de barreras.
Las barreras de contención retienen el petróleo por encima y debajo de la superficie del agua, y sus grandes espumaderas están montadas detrás de una nave que recoge el petróleo de la superficie del océano. Las espumaderas más pequeñas se utilizaron en las playas para limpiar el petróleo que llegó a la costa. La empresa inició la instalación inmediata de su equipo e instruyó a los operadores contratados para la embarcación de limpieza. Además, dado que Lamor es un importante y significativo proveedor de respuesta y limpieza en el Golfo, la empresa dio consultas de expertos al centro de mando que se estableció para efectuar las operaciones correspondientes.
Durante el incidente del Golfo otros tres derrames de petróleo tuvieron lugar simultáneamente en China, Singapur y en Michigan (EE.UU.) y la compañía dió respuesta también a estos incidentes. Para ello cuenta con instalaciones estratégicamente ubicadas en todo el mundo con arsenales de equipos que aseguren que su respuesta y preparación no se limiten a un solo incidente o a una sola región.
Fred Larsen, CEO de la empresa, comentó: «Hemos trabajado a toda capacidad en todas nuestras instalaciones a lo largo y ancho del mundo durante el incidente del Golfo de México, y aún continuamos haciéndolo.»
La conciencia de la gente y del gobierno, así como la preocupación por los derrames de petróleo, fueron reanimadas por el incidente del Golfo de México que, sin duda, dejó en claro que las empresas están tomando ‘algunos’ riesgos debido a la disminución de las reservas de petróleo, al aumento de su precio, así como también a los descubrimientos de depósitos petrolíferos en aguas profundas. La fuente principal de los derrames accidentales en los mares se asocia con el transporte de petróleo en buques cisterna y por oleoductos. Dicho esto, los derrames de petróleo naturales, no causados por la actividad del hombre, también ponen en peligro nuestro medio ambiente, tanto en alta mar como en tierra firme.
«Estamos invirtiendo contínua y significativamente en garantías y soluciones», dice Larsen. “Todo nuestro ecosistema estará amenazado si no contamos con las mejores soluciones disponibles, tecnología, equipamiento y experiencia en el manejo de las operaciones de recolección de derrames de petróleo en todas las condiciones y en todos los terrenos geográficos. ¡Este es un esfuerzo continuo, y tenemos que estar preparados para hacer frente a cualquier incidente en todo el mundo: rápida, estratégica y eficazmente! También ofrecemos capacitación certificada en la recolección de derrames de petróleo y preparación para autoridades oficiales y empresas privadas involucradas en la industria petrolera y química.»
La empresa también ofrece soluciones industriales para una recolección óptima de petróleo, lanchas de desembarco y naves recolección de petróleo diseñadas por ingenieros de la empresa, así como una cartera completa de productos para la respuesta ante derrames de petróleo en condiciones árticas. Además, dispone de soluciones para remediación de tierras, para operaciones en desiertos, pantanos y zonas de contaminación industrial.
Por eso prepara planes de contingencia y organiza las operaciones de respuesta rápida ante derrames de petróleo. Para mantener y desarrollar su gama de equipos, la compañía tiene instalaciones de producción en Europa, EE.UU. y Asia.
Un mes antes del incidente del Golfo, Lamor fue contactada por los aseguradores de aviación para responder con urgencia ante un incidente en Estonia. La compañía envió sus equipos y personal a Estonia después de que un avión de carga Antonov 26 realizó un aterrizaje de emergencia en el lago ülemiste, cerca de Tallin. El lago, que estaba congelado, es el depósito natural de agua potable de la ciudad. El fuselaje del avión tuvo fugas de aceite que quedaron bajo el hielo. Se encargaron de asegurar que el lago fuese limpiado inmediatamente y purificado de todo el aceite y otros contaminantes provenientes del accidente y, de esta manera, proteger el depósito natural que es vital para la ciudad.