Hoy aquellas empresas que no innovan corren un gran riesgo de perecer a manos de su competencia, de ahí que se suela afirmar que la innovación debe ser parte obligatoria de la estrategia de supervivencia de cualquier empresa que desee mantenerse y crecer en el mercado en el que esté inserta.
Es cierto que en el grupo de las naciones que conforman América Latina, el país mejor posicionado es Chile, que fue clasificado en la posición número 38, lo que implicó una mejoría con respecto al lugar 42 que ocupó en el indicador en 2009, con todo lo bueno que esto pueda significar no es suficiente. Chile es país OCDE, sus esfuerzos deben encaminarse a alcanzar un sitio de privilegio entre los destacados y debe contribuir a ayudar a los que van quedando rezagados, de tal manera que todos podamos hacer frente a las situaciones cambiantes que ya son una constante.
Según los analistas, el progreso de Chile observado en este último índice está relacionado con la suma de varios factores entre los que se encuentran la construcción de instituciones políticas estables, así como la adopción de esquemas de e-gobierno que han permitido acelerar los trámites burocráticos lo que ha resultado en una mayor rapidez en la creación de empresas y en el registro de patentes.
Otro de los elementos que beneficia a Chile es el avance del estado de derecho que genera un mejor ambiente en cuanto al registro y reclamo de los derechos de propiedad intelectual que es una de las condiciones básicas que incentiva la innovación.
Así en resumen, las fortalezas de Chile para conseguir esta ubicación se encuentran en los indicadores de Regulación (puesto 18), Tasa Impositiva (puesto 19), Gobierno en Línea (puesto 18), Capitalización del Mercado (puesto 11), Aranceles Aplicados (puesto 7) e Inversión Extranjera (puesto 18). Sin embargo, sus falencias están en Capital Humano e Investigación (puesto 71) y Eficiencia (puesto 93), condiciones muy necesarias para la innovación.
Un país como Chile abierto al mundo, innovar le permite abrir y acceder a nuevos mercados. Innovar va más allá de la competitividad y ampliar los negocios actuales de una empresa, sino que además potencia el desarrollo de nuevos mercados, creando nuevos negocios diferentes a los actuales e incluso generando mercados antes inexistentes, a través de nuevos bienes o servicios.
Innovar es necesario para no estancarse en contextos globales y locales que cada vez cambian con mayor velocidad y son más competitivos. No basta con haber innovado una vez: las innovaciones implementadas terminan siendo imitadas por otros y se transforman en estándares para la industria, lo que exige seguir activos, innovando siempre.
El informe de INSEAD, confirma la innovación como un fenómeno universal, Suiza encabeza la lista de las 125 naciones más innovadoras, seguida de Suecia y Singapur en segundo y tercer puesto respectivamente. El «ranking» de las diez naciones más innovadoras lo completan, por orden, Hong Kong, Finlandia, Dinamarca, Estados Unidos, Canadá, Países Bajos y el Reino Unido.
China, en el puesto 29, es la única economía emergente que se sitúa entre los treinta primeros puestos, lo que, para el editor del informe y profesor del INSEAD, Soumitra Dutta, muestra que «los países emergentes están dejando de lado la inversión en innovación por culpa de la crisis».
Dutta afirma que la innovación es un «elemento clave» en el crecimiento económico, tanto en los países desarrollados como en las economías emergentes, ya que ha sido la «razón» por la que vivimos en los niveles de prosperidad sin precedentes.
Por su parte, el director general Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO) -que también colabora en el estudio-, Francis Gurry, subrayó que la innovación es fundamental para la creación de «más y mejores» puestos de trabajo, aunque advirtió de que la innovación «no se consigue sin inversión de tiempo, esfuerzo y recursos humanos y financieros».
Por regiones, los responsables de informe destacaron la situación de Escandinavia, ya que sus cinco economías ocupan puestos relevantes, con Suecia en la segunda posición, Finlandia en la quinta, Dinamarca en la sexta e Islandia y Noruega en el puesto número 11 y 18, respectivamente.
Dentro de la Unión Europea (UE), Países Bajos y Reino Unido se han colado entre los diez primeros, con Alemania (12º), Irlanda (13º), Luxemburgo (17º) y Austria (19º) entre los veinte primeros. España se sitúa en el puesto 32, perdiendo dos puestos respecto al año anterior y cuatro frente a 2009, cuando estaba en 28º posición.
No solo se innova en los procesos, sino, además, en los métodos de comercialización, lo que es bueno en un sitio puede no serlo en otro lo cual nos obliga a innovar. Hay distintas formas de abordar la internacionalización, observar lo ya realizado nos permitiría introducir innovaciones que nos otorguen más seguridad de éxito en la inversión que estemos dispuestos a materializar.
TOMáS PABLO R.