Lo primero qué pensamos es en encontrarle un atractivo: ¿cómodo? ¿portátil? A ver, la lata de aluminio no afecta al sabor del producto y resulta perfecta para la piscina, una fiesta -de esas que no sabes por qué y se acaban descontrolando-, un botellón y, en general, en todo aquel evento en que no tengamos que preocuparnos por la rotura de cristales. Además nos permite abastecernos de licor y almacenarlo sin preocuparnos por el espacio como si fueran botellas.
Pero lo que más nos gusta es que su tamaño no está indicado para consumir en solitario: su medida está pensada para consumir en compañía. A ojo… unos 3 ‘pelotazos’ por lata. Así que, al menos, abrir una lata de este malta es sinónimo de fiesta y compañía… o de ¡alcoholsmo agudo!
¿Y qué contiene en su interior? Pues un güisqui escocés elaborado con una combinación de malta y grano con tonos de sabor a miel, vainilla, caramelo, manzana y pera con un agradable toque a turba y humo en el fondo. El proceso de elaboración es el habitual: se envasa tras haber sido destilado y envejecido en Escocia durante un mínimo de 3 años en barricas de roble.
Scottish Spirits hará su debut, pues, en lata de aluminio reciclable (12 fl oz./355 ml) a un precio de venta aproximado en EE.UU. de 5 dólares la lata. La compañía tiene sus propios centros de distribución en Europa y en EE.UU. y si nadie lo impide prometen desembarcar con este atípico envase -un sacrilegio para los puristas- en más paises. De hecho buscan distribuidores en su página web: http://www.scottishspirits.com
J.A.E.