Recuerdo hace unos meses cuando esta institución ejemplarmente liderada y dirigida por Alessandro Manetti, reputada por su capacidad para admitir que el diseño debe crear bienes y servicios que beneficien a las personas por su utilidad y sostenibilidad, reunía a una excelente representación de expertos pensadores en sociología, economía y diseño en la primera Design Business Conference -presidida por Muhammad Yunus– con el objetivo de demostrar a sus alumnos la necesidad de ser eficaces en un mundo práctico. Porque el objetivo de todos estos futuros profesionales, en un mundo necesitado de cambios en el que las viejas estructuras y obsoletos intereses se aferran para no morir, debe ser el negocio social, y éste sólo es posible -en palabras de Muhammad Yunus– “cuando la creatividad gana la batalla a los problemas”.
En definitiva, el servicio a la sociedad es -sin ninguna duda- el negocio del futuro. El diseño debe crear bienes y servicios que beneficien a las personas por su utilidad y sostenibilidad; y en ésto parece estar de acuerdo la élite creativa mundial. En “Alquimia”, más que tendencia, hemos visto un amplísimo estudio sobre hacia dónde va la moda contemporánea; transformando materiales naturales en sofisticados e innovadores tejidos de calidad y aplicando una auténtica batería de conocimientos técnicos y metodologías varias -con más o menos maestría y éxito- para conseguir esa colección que empatice con el público.
No todos los conseguirán, pero seguro que alguno de ellos alcanza el objetivo -por su creatividad, sus conocimientos y su constancia- no sólo de crear una industria sostenible; sino también de imponer los nuevos métodos para fundamentar el diseño en el fin de cubrir las necesidades de las personas. De momento han presentado en el IED Barcelona un complejo trabajo que hay que desglosar para entender y que los que se limitan sólo a analizar las tendencias -lo que ya está establecido, se repite, se copia y se sigue sin más- seguro, ignorarán. Porque en este país lo que no se entiende se rechaza; y entendidos, de verdad, hay pocos. Visionarios, muchos menos.
Alexandra Pera, Emina Sijivic, Francisca Ljubetic, Angelica Parma, Catalina Rivera, Paula Jaén, Claudia Morera Peris, Laura Rabeca Bonet, Mireia Plana, Kolbrun Yr Gunnarsdöttir, Hatjah Alston, Paula Valle, Pol Anglada, Adriana Zúñiga, Elisabet Blanco, Anna Elena Rösch, María Cordera, Kate Anderson, Vanessa Fiore, Beatriz Aguilá, Gian Padilla, Alya Nazha, Edmundo Martínez, Wei Wang, Javier Andrés Girón, Sara Morgado, Xue Mao y Dulce Estrada son los creadores de “Alquimia”, un trabajo que, en su globalidad, representa el estilo, la filosofía y la estrategia de futuro de una Escuela Superior de Diseño que desea convertirse en paradigma de un nuevo concepto del diseño asociado al beneficio social. También aspira a contribuir al objetivo de que Barcelona se afiance como ciudad europea del diseño; pero éste es otro asunto.
Gema Castellano
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