Serán las paradojas del destino, pero el joven ya está listo para complacer paladares, mientras que el mayor necesitará algo más de tiempo, es de largo recorrido.
Son en ambos casos dos genialidades, dos vinos magníficos que han llevado a la bodega a lo más alto del panorama vinícola español. Una delicia que nos ofrecen dos “viejos amigos”, como ellos mismos se definen: Sergi Ferrer-Salat, que es además propietario de Monvinic (probablemente la tienda más importante de España en vinos extranjeros), y Raúl Bobet, uno de los grandes enólogos de España y socio también de la Bodega Castell d’encus (Costers del Segre).
La andadura de Ferrer Bobet comenzó hace siete años y en 2008 vieron la luz sus primeros frutos, Ferrer Bobet 2005 y Ferrer Bobet Selecció Especial 2005, vinos que, como decimos, han sabido evolucionar y mejorar en las sucesivas añadas.
La bodega, que se presenta como un ejemplo de arquitectura y paisajismo, se encuentra en una finca de 70 de hectáreas de suelos de pizarra desmenuzada (“licorella”) en fuertes pendientes, a una altura que contribuye a la adecuada maduración y en un impactante entorno que desde luego no deja indiferente.
De ellas sólo se han plantado 22 hectáreas de viñedo, dentro de un declarado compromiso de sus propietarios con la biodiversidad del entorno natural y la viticultura orgánica. La mayor parte son viñas centenarias de Cariñena y Garnacha tinta procedentes de los viñedos del Priorat, a las que se han ido sumando otras más jóvenes de Syrah, Garnacha, Cariñena, Cabernet Sauvignon y Viognier, aunque la de éstas será otra historia, porque todavía tardarán unos años en demostrarnos sus cualidades.
Mar Villasante