Manteniendo esta observación, es -también- de justicia, reconocer la belleza de una colección de vestidos de novia que reinventan una y otra vez las formas más románticas y clásicas, además de conservar un corte absolutamente perfecto.
Pero los sevillanos han abandonado paulatinamente los volantes, las caracolas, los tirabuzones, el estilo sirena y ese “corte imperio” que a pesar de su insistencia nunca resultaba suficiente; y parece que el respetable no interpreta esta evolución de una manera positiva.
Ya llevamos dos temporadas esperando aquella espectacularidad de antaño, que convertía al desfile de Victorio & Lucchino en el objeto del deseo más codiciado de la Pasarela Gaudí Novias.
Vídeo desfile Victorio & Lucchino, colección novias 2013
Porque “los Victorios” siempre han despertado pasiones, y lo cierto es que el “flirteo” con la línea comercial, en lo que a pasarela se refiere, no debería ir con ellos. Ni siquiera los sofisticados volúmenes, la elegancia de los detalles y los selectos tejidos de dupione, raso, tul de seda, organza, gazar y encaje de chantilly, o los brocados, han conseguido convencer a un público ansioso de empaparse de la auténtica esencia de la firma.
Los incondicionales parecen no perdonar este drástico giro en el estilo, aunque su justificación esté en la loable estrategia de ampliar mercados; un contratiempo que plantea un importante reto a la firma.
Gema Castellano
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