Los expresivos y vitales protagonistas se llaman Azouaou, Abderhamène, Louise, Shana, Kyria o Yanis. Tienen entre 3 y 4 años cuando, juntos, exponen libremente, con sus emociones y contradicciones, sus ideas sobre el amor, la libertad, el liderazgo, la inteligencia, la muerte… A lo largo de un curso, sentados en un círculo alrededor de una vela encendida, con ayuda de su maestra Pascaline, aprenden a expresarse, a escucharse mutuamente y a conocerse mejor.
Entre todos hacen filosofía, reflexionan sobre temas importantes, a menudo olvidados en nuestra sociedad. No hay estudiantes buenos ni malos: lo fundamental es pensar por sí mismos. Los niños hablan con sus propias palabras, llenas de espontaneidad, humor, lógica y poesía; cargadas en muchas ocasiones de un increíble y envidiable sentido tolerante y cívico. Ellos son nuestro futuro.
Todo comenzó en abril de 2007, cuando Cilvy Aupin -la productora- escucha la radio en su coche y oye al filósofo Michel Onfray afirmar lo siguiente: “Todos los niños son filósofos, pero solo unos pocos continúan siéndolo”.
La futura productora de «Sólo es el principio» (Ce n’est qu’un début) se hace una pregunta: “Efectivamente, los niños reflexionan (basta con pensar en algunos de sus comentarios), pero ¿cómo se puede profundizar en estas reflexiones? Y, sobre todo, ¿qué puede ser la Filosofía para Niños?”
Cilvy indaga en Internet y no tarda en averiguar que hay personas por toda Francia interesadas en el tema. Más aún, un grupo de investigadores lo estudia desde hace tiempo. “Me pareció apasionante. No entendía por qué, pero sentía la necesidad de ir más allá y conocer a personas atraídas por la idea”. Descubre la colección “Les Petits albums de philosophie” (Los pequeños álbumes de filosofía), publicados por Autrement, con los que el joven lector puede reflexionar, ayudado por el personaje Ninon, acerca de nociones delicadas como la felicidad o la verdad.
Mientras intenta comprar los derechos para una posible adaptación de dibujos animados, se entera de que el grupo Bayard ofrece herramientas y una sección llamada “Los pequeños filósofos” para la puesta en marcha de talleres de filosofía en la educación infantil, y concretamente en una escuela del departamento de Seine-et-Marne, a unos 60 km al este de París. “Tres meses después de haber oído a Michel Onfray por la radio, escuché a Pascaline contarme cómo había empezado a hacer filosofía en su clase y lo asombrada que se quedó ante los intercambios de alumnos de 4 a 5 años”. Cilvy Aupin siente el imperioso deseo de instalar dos cámaras en el aula de Pascaline Dogliani y se pone en contacto con Isabelle Duflocq, la directora de la escuela Jacques Prévert.
El Centro Jacques Prévert es una escuela ZEP, siglas que corresponden a Zona de Educación Prioritaria. Estos colegios e institutos disfrutan de cierta autonomía y están dotados de más medios para combatir el fracaso escolar. Trabajan con los IUFM (Institutos Universitarios para la Formación de Maestros) y aportan un mayor dinamismo en cuanto a la investigación de nuevos métodos de enseñanza. En el curso 2006/07, Jean-Charles Pettier, profesor de Filosofía, le propone a Isabelle Duflocq la puesta en marcha de talleres “filosóficos” en las aulas de educación infantil. Algo inaudito en Francia, ya que no se empieza a estudiar Filosofía hasta los dos últimos años de bachillerato. Y lo mismo pasa en Alemania, Australia, Noruega o Escocia, donde no se da hasta los siete años. El resultado fue sorprendente…
La película se ha realizado con un elenco muy peculiar: los niños de la guardería Jacques Prévert de Le Mée-sur-Seine, la directora del centro Isabelle Duflocq y la maestra Pascaline Dogliani.
Algunas de las reflexiones que se recogen del diálogo con la profesora durante la película-documental:
• SER INTELIGENTE
– ¿Por qué es inteligente tu mamá?
– Porque nunca guarda la Nutella en la nevera.
– ¿Os parece que los adultos son más inteligentes que los niños?
– Más bien no, porque siempre dicen: “No sabes nada, no sabes nada”. Pero sí sabemos cosas.
• LA RIQUEZA
– Quiero saber algo. Los pobres, ¿cómo hacen para ser pobres?
• EL AMOR
– ¿Cómo se quiere cuando se está enamorado?
– Hace como cosquillas en la tripa.
– Te pones colorado.
– ¿Por qué te pones colorado?
– Porque tiene un corazón en la tripa.
• LA DIFERENCIA
– No, no me refiero a las películas. Intentamos saber si los animales son hombres como nosotros.
– En mi familia hay tres negros y una mestiza.
– Mestiza, la palabra mestiza, ¿qué significa?
– Es negro mezclado con blanco, ¡y sale color café!
• LA MUERTE
– A mí no me hace mucha gracia cuando la gente se muere.
– ¿Por qué no te hace gracia?
– Porque no quiero que mi mamá se “muere”, no quiero que mi papá se “muere” y que mi otro abuelo se “muere” y que mi abuela se “muere” y que mi otra abuela se “muere” y que mi primo se “muere” y que mi prima…
– ¿Por qué no quieres nada de eso?
– Porque no quiero quedarme sola porque me voy a perder.
– ¿Qué es el alma?
– Un chisme invisible de color azul.
• LA LIBERTAD
– Yo digo que la libertad es cuando se puede estar un poco solo, respirar un poco y ser bueno.
– Pues para mí, la libertad es cuando se sale de la cárcel.
– Ya, pero no soy libre cuando quito el polvo de los muebles.