Ciertamente, la silla de paseo Maclaren BMW Buggy -diseñada para niños de seis meses- es un perfecto ejemplo del diseño al servicio de las necesidades de la sociedad, preconizado por las más vanguardistas escuelas. Bajo el concepto de edición limitada integrada en una colección firmada por una marca exclusiva -como anteriormente hiciera con Burberry, Philippe Starck, Lacoste, Lulu Guinness y Juicy Couture- Maclaren presenta una silla única respaldada por los valores de calidad, diseño y prestaciones de la firma BMW, pero también toda una gama de accesorios indispensables para atender las necesidades del niño a la hora de afrontar largos períodos diarios fuera de casa.
Vayamos por partes. En lo que a durabilidad y alta calidad se refiere, Maclaren -inventora de la primera silla de paseo de pliegue tipo paraguas- poco más debe demostrar. Fabrica sus sillas de bebé empleando las mejores técnicas de ingeniería para conseguir un producto compacto y ligero, excelente en su rendimiento y de alta versatilidad. Son los primeros cochecitos de bebé de la industria en ofrecer la Sovereign Lifetime Warranty.
La innovación, en este caso, llega no sólo de la mano de la sinergia en el diseño con la marca BMW, sino también por la incorporación de una gama de accesorios complementarios especialmente indicados para facilitar la movilidad del niño. Portabiberones térmico, saco ajustable y extensible para cuando el niño crezca, amplio bolso chic para llevar todo lo necesario para el bebé, espléndida manta de suelo y hasta un paraguas, para que el conductor del cochecito no se moje con una lluvia improvisada.
Los detalles de distinción BMW de la silla llaman la atención. Las ruedas del carro, con amortiguación independiente, emulan a una auténtica llanta de los modelos de alta gama de la constructora automovilística alemana y los frenos van a acompañados de reflectores que dan una mayor imagen de vehículo al chasis de aluminio.
La silla está confeccionada en materiales reciclables y ecológicos; y hay que hacer especial mención al arnés de sujección no sólo por su excepcional diseño, sino también porque es uno de los elementos más atractivos de la labor de confección de la silla, cuyo cierre -con el logo de BMW- está realizado en cerámica; o a la base del carrito, protegida por una manta térmica que aisla al bebé del calor y el frío que desprende el suelo.
En definitiva se trata de un carrito de bebé de colección que sorprende no sólo por su diseño asociado a BMW, sino también por su precio.
Ha salido al mercado hace unos días por 385€, una relación calidad-precio que rompe el mercado de los cochecitos de alta gama.
Presentado en tres colores -Black, Silver y Blue- sólo puede encontrarse en tiendas especializadas y la única manera de que no guste a papás y mamás es que odien la marca de automóviles BMW.
Gema Castellano
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