Es demoledor el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) que Naciones Unidas ha enviado a todos los gobiernos del mundo.
El Informe, que consta de tres partes de las que solo se ha publicado la primera referente a la evidencia científica -las dos restantes se publicarán en febrero y marzo de 2022- da miedo. Produce angustia vital y pone en evidencia que la vida en la Tierra se está poniendo muy difícil.
La culpa es de la actividad humana. 234 científicos de 66 países lo afirman. Es el hombre el que está destruyendo su propio hábitat y lo peor es que el proceso es ya irreversible. Solo podemos intentar que no sea definitivo.
A la Península Ibérica, al Mediterráneo en general, le pilla de lleno. Sequías, falta de agua por evaporación, incendios, aumento del nivel del mar, olas de calor cada vez más largas y frecuentes y un aumento de las temperaturas de entre 3,5º en el escenario más optimista y 6,5º en el más pesimista.
A partir de 2050 el Ártico no tendrá hielo y en centroeuropa las lluvias torrenciales no darán tregua.
Menudo panorama.
Sin embargo, la población está a otras cosas, porque esto del Cambio Climático es para muchos, como por ejemplo el feminismo, cosa de progres, izquierdosos y comunistas agoreros.
El negacionismo sobre el Cambio Climático es la mejor baza para unos gobiernos cobardes y un sistema financiero mundial que, como dice Joseph Stiglitz, ni es capaz de ser eficiente, ni es un motor de competitividad; y mucho menos tiene entre sus proyectos el equilibrio.
Sumido en un neoliberalismo atroz, al sector privado solo le interesan los monopolios y la explotación, por lo cual, seguro que este Informe sobre la crisis climática lo estimula más a planificar estrategias que le permitan explotar la tragedia que a contribuir para remediarla. El deshielo del Ártico les permitirá abrir rutas marítimas comerciales mucho más ventajosas, por ejemplo.
En España tenemos “ilustres” negacionistas del Cambio Climático, que aprovechan cualquier foro para intoxicar sobre una realidad que no admite ya ningún debate.
Jose María Aznar habla de “alarmismo climático” y ha llegado a declarar que “no se puede estar amenazando con el Apocalipsis todos los días a cuenta del Cambio Climático”. Mariano Rajoy llegó a decir que “el cambio climático tampoco podemos convertirlo en el gran problema mundial” a cuenta de las surrealistas declaraciones de su primo, Jose Javier Brey, sobre el clima; y Santiago Abascal está convencido de que el discurso sobre el Cambio Climático es una excusa para recortar libertades.
En el mundo, ya saben. Trump, Putin, Bolsonaro, Salvini o el mismísimo Boris Johnson, entre otros, niegan la Crisis Climática mientras China, la causante del 27% de las emisiones mundiales, reivindica su derecho a que su desarrollo se base en la contaminación de la misma manera que han hecho otros con anterioridad.
Así que con este panorama, los científicos han elaborado un informe para políticos valientes. Porque son ellos los que tienen que adoptar medidas de gran calado, incluso si estas son impopulares.
Y la población ¿qué puede hacer? Según una encuesta de Ipsos para Statista, en ningún país del mundo aparece el Cambio Climático como principal preocupación de sus habitantes. Ni siquiera en los más desarrollados, mucho más preocupados por la seguridad, mientras que en los países del Mediterráneo la mayor inquietud es el desempleo.
Francisco J Doblas, director del Departamento de Ciencias de la Tierra del Centro Nacional de Supercomputación y coordinador del capítulo 10 del Informe, me comenta que no es una cuestión de la que se deba responsabilizar a la población y ni siquiera es un asunto ecologista. Es una cuestión política.
El próximo viernes a las 13:00 h entrevistamos en directo a Francisco J Doblas. No os la podéis perder.