Un estudio reciente del Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) ha revelado que los residuos sólidos orgánicos depositados en los contenedores marrones de reciclaje podrían generar el compost necesario para cubrir hasta un 8% de los nutrientes que demanda la agricultura urbana y periurbana. Además, el uso de compost en lugar de fertilizantes industriales reduciría en un 39% los impactos ambientales como la eutrofización del agua y en un 130% las emisiones responsables del calentamiento global.
La eutrofización del agua es un término para referirse al fenómeno por el que cuando un ecosistema acuático se enriquece en minerales y nutrientes de forma desmesurada, provoca un sobrecrecimiento de productores primarios: plantas, algas y otros organismos del fitoplancton
La investigación, publicada en la revista Waste Management, también prevé que la producción de compost podría satisfacer el 21% de las necesidades de nutrientes de la agricultura urbana y periurbana del del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) para 2025, si se incrementa la recogida selectiva de materia orgánica y se amplía la capacidad de producción de compost según lo establecido en el programa metropolitano de gestión de residuos (PREMET25). Esto no solo reduciría aún más el impacto ambiental, sino que también mejoraría la sostenibilidad de los sistemas agrícolas locales.
Optimización de la circularidad de nutrientes
Juan David Arosemena, investigador principal del estudio, subraya la importancia de seguir optimizando la circularidad de nutrientes en las ciudades, destacando que la producción de compost tiene un gran potencial para la agricultura urbana. Las 5.568 hectáreas de agricultura urbana y periurbana del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) requieren un total de 1.474 toneladas de nutrientes NPK (nitrógeno, fósforo y potasio), siendo el nitrógeno el más demandado (769 toneladas), seguido del potasio (592 toneladas) y el fósforo (113 toneladas). La mayoría de estos nutrientes es demandada por cultivos de cereales (42%), vegetales (38%), frutas dulces (11%) y legumbres (5%), entre otros.
A partir de las 5.106 toneladas de compost que se producen actualmente en el AMB, se podrían recuperar 113 toneladas de nutrientes NPK, con 44 toneladas de fósforo, 37 de potasio y 32 de nitrógeno, lo que representa un avance significativo en la sostenibilidad de la agricultura urbana.
Beneficios ambientales del compost
El compost no solo aporta los nutrientes necesarios para los cultivos, sino que también contribuye a mitigar los impactos ambientales derivados de la gestión de residuos y el uso de fertilizantes industriales. Entre los beneficios más destacados se encuentra la reducción de las emisiones de metano, un potente gas de efecto invernadero, durante el tratamiento de residuos en los vertederos. Asimismo, el biogás generado durante el proceso puede aprovecharse como fuente de energía renovable.
Los fertilizantes minerales industriales no sólo se fabrican con recursos finitos (como es el caso del fósforo), sino que su producción demanda mucha energía y combustibles fósiles (como es el caso del nitrógeno). En cambio el compost se produce a partir de residuos orgánicos que ya están disponibles en las ciudades. «El compost se hace con nuestros residuos y aporta los mismos nutrientes que el fertilizante mineral; hay que aprovecharlo y así cerrar el ciclo«, explica Arosemena, haciendo hincapié en la necesidad de cambiar hacia un modelo de agricultura más circular.
Retos para la implementación del compost en la agricultura urbana
A pesar de sus beneficios, el estudio identifica varios obstáculos que deben superarse para maximizar el uso del compost en la agricultura urbana. Entre ellos, la baja calidad del suelo agrícola en áreas urbanas, la falta de aceptación del compost como fertilizante alternativo y las regulaciones locales que limitan su uso. El informe destaca la necesidad de que los responsables políticos adopten una visión holística del ciclo de vida de los nutrientes, desde la gestión de residuos hasta su reutilización en la agricultura, para fomentar una mayor circularidad e integración de estos flujos dentro de las ciudades.
Este estudio proporciona una base científica sólida para desarrollar políticas que impulsen la sostenibilidad en la agricultura urbana y periurbana, contribuyendo a reducir la dependencia de recursos finitos y mitigar los efectos del cambio climático.
Artículo redactado con asistencia de IA (Ref. APA: OpenAI. (2024). ChatGPT (versión 4.0). OpenAI).
Referencias: Arosemena Polo, J.D., Toboso-Chavero, S., Adhikari, B., Villalba, G. (2024). Closing the nutrient cycle in urban areas: The use of municipal solid waste in peri-urban and urban agriculture. Waste Management. https://doi.org/10.1016/j.wasman.2024.05.009
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