En respuesta a las recientes inundaciones y el riesgo de salud que estas suponen, un grupo de expertos en enfermedades infecciosas ha emitido un protocolo de prevención y manejo de infecciones que pueden surgir tras el contacto con aguas contaminadas. Las infecciones en estas circunstancias son una amenaza real, ya que las condiciones de higiene suelen verse comprometidas y el contacto prolongado con agua estancada aumenta el riesgo de que bacterias y virus se propaguen con rapidez. Las autoridades médicas enfatizan la importancia de adoptar medidas de protección personal y un tratamiento temprano para evitar complicaciones mayores.
Infecciones de la piel: heridas expuestas y tratamiento inmediato
Uno de los mayores riesgos tras una inundación es la aparición de infecciones en heridas abiertas o pieles dañadas. Se ha observado que este tipo de infecciones suelen manifestarse entre tres y cuatro días después de la inundación y el riesgo puede persistir hasta tres semanas. Las infecciones cutáneas están frecuentemente relacionadas con bacterias que ingresan a través de heridas, especialmente si las personas han estado en contacto con agua contaminada de origen marino o fluvial.
Los especialistas aconsejan una limpieza inmediata de las heridas con agua limpia y la eliminación de cualquier residuo de lodo o tejido dañado. En caso de que las heridas presenten signos de infección avanzada, como enrojecimiento severo, necrosis o dolor desproporcionado, se sugiere recurrir a atención médica para evaluar un posible tratamiento quirúrgico.
Riesgo de infecciones respiratorias: la exposición a ambientes húmedos y contaminados
Las inundaciones también incrementan el riesgo de infecciones respiratorias, principalmente debido a las malas condiciones de refugio, donde suele haber hacinamiento y una ventilación limitada. Estos factores, junto a la inhalación de partículas contaminadas, favorecen la aparición de infecciones respiratorias que pueden ir desde resfriados comunes hasta neumonías. Este tipo de infecciones suelen tener una etiología bacteriana compleja y, en algunos casos, pueden derivar en complicaciones graves como abscesos pulmonares.
Para personas que desarrollen síntomas respiratorios serios, especialmente si tienen antecedentes de inmunosupresión o problemas respiratorios previos, se recomienda acudir a un centro de salud para evaluación y tratamiento.
Infecciones gastrointestinales: agua y alimentos contaminados
La exposición a aguas no potables y las limitaciones de higiene personal suelen desencadenar brotes de infecciones gastrointestinales. Las más comunes son diarreas bacterianas, que pueden ser provocadas por varias cepas de microorganismos presentes en aguas contaminadas. En estos casos, la ingesta de agua potable y una adecuada hidratación son fundamentales para prevenir complicaciones. Además, en personas inmunodeprimidas, la aparición de síntomas como fiebre o malestar general puede requerir tratamiento antibiótico.
Entre las afecciones gastrointestinales también se observan gastroenteritis virales, especialmente en niños pequeños, y algunas hepatitis de transmisión hídrica, que tienden a propagarse con facilidad en condiciones de insalubridad. La atención médica se recomienda especialmente si se presentan síntomas graves.
Zoonosis y enfermedades transmitidas por vectores (animales)
Las infecciones zoonóticas, aquellas transmitidas por animales, representan otro riesgo en áreas afectadas por inundaciones. La leptospirosis, por ejemplo, es una infección bacteriana que puede transmitirse por el contacto con agua contaminada por orina animal. Esta enfermedad puede manifestarse de manera leve, pero también existe el riesgo de desarrollar complicaciones graves, con síntomas que incluyen fiebre alta, dolor muscular, conjuntivitis y, en casos extremos, hemorragias e insuficiencia renal.
Para la prevención de estas infecciones, las autoridades sanitarias recomiendan extremar las precauciones en el contacto con agua estancada y evitar el consumo de agua no tratada. La implementación de estas medidas es clave para reducir el riesgo de infecciones en poblaciones vulnerables y mitigar las posibles complicaciones derivadas de estas enfermedades.
Este protocolo representa un esfuerzo para proteger la salud pública en un contexto de mayor vulnerabilidad climática, subrayando la importancia de la prevención y de la acción temprana para reducir los riesgos en situaciones de emergencia.
Artículo redactado con asistencia de IA (Ref. APA: OpenAI. (2024). ChatGPT (versión GPT-4). OpenAI)
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